Siempre que el membrillero de casa nos da cosecha, cosa que no ocurre cada año por desgracia, hago dulce de membrillo.
La última vez, estando ya la confitura en su punto óptimo de cocción, trituré la pulpa conteniendo ésta un poquito más de líquido de lo habitual. No sé el motivo por el cual, en esta ocasión, la fruta se hizo antes de que el líquido tuviera el espesor adecuado. O sea, el de un almíbar denso.
En esta receta utilicé un tipo de manzana (los locales la llaman "pero") que me habían traído de Huelva, concretamente de la Sierra de Aracena. Quizá la fruta contenía más agua de lo habitual. La cuestión es que no quise retirar ni una gota del almíbar sobrante con lo cual logré una carne de membrillo menos compacta aunque igual de rica. Ese "defecto" ha permitido que la carne de membrillo se untara mejor en las tostadas, hacer sandwiches con galletas, o tomar con yogur natural.
Me gustaría enseñaros un postre muy sencillo de hacer donde se puede emplear la crema de membrillo.Ingredientes
Crema de membrillo o membrillo recién elaborado
Galletas de avena y pomelo (sección de dietética del súper)
Yogur griego
Azúcar
Piñones
Gelatina neutra para postres fríos
Elegir unas galletas sabrosas pero no demasiado dulces, hay que tener en cuenta que la crema de membrillo, por poco que queramos, ya contiene bastante azúcar.
Triturar en un robot, o aplastar con el rodillo, poniéndolas dentro de un paño limpio o un papel de cocina. A vuestro gusto. Colocar en en fondo de la base que hayáis elegido.
Poner la crema de membrillo en una manga pastelera con boquilla y distribuir alrededor del recipiente. Dejar el interior hueco.
Añadir el azúcar al yogur. Una cucharada (de las de café) o cucharada y cuarto por cada uno. A vuestro gusto. Yo solo le pongo una porque, como dije, el membrillo es de por si dulce. Reservar en frío.
Deshacer las láminas de gelatina, en agua mineral fría, durante cinco minutos. He empleado una por yogur.
Lo habitual es que el fabricante os indique como hacerlo pero por si acaso, tenéis que escurrir las hojas de gelatina e introducirlas en un cazo pequeño. Poner a calentar a fuego lento. Remover constantemente para ayudar a que se disuelva el contenido. Retirar del fuego cuando veáis que la gelatina tiene una consistencia parecida a la de baba de caracol.
Añadir un par de cucharadas de yogur y mezclar bien. A continuación, poco a poco y removiendo constantemente, echar el resto. Colocar la boquilla y rellenar de nuevo la manga pastelera limpia y seca de los restos de membrillo.
Terminar de llenar el recipiente con el yogur empezando por el hueco hacia los bordes y hasta arriba.
Guardar en la nevera tapado.
Antes de servir, tostar unos piñones en una sartén (sin aceite) y adornar con ellos la superficie del postre.
¡Buenísimo!