Aunque la palabra con que la describo es “yogurtera”, en realidad es mucho más que eso. En el sitio web de Tefal llaman a este aparatito “robot de postres”. Además, por el precio que tiene, más le vale hacer algo más que yogures, ya que la Multidelices ronda los 100 euros en el Carrefour o el Corte Inglés.
A mí ya me había entrado por los ojos hace casi medio año, cuando la vi por alguno de los muchos blogs que frecuento. Luego busqué información en internet y me llevé el shock del precio, ya que cuesta más del triple que una yogurtera “normal”. Afortunadamente para mí, parece ser que en el Benelux este producto no lo comercializa Tefal sino otra marca llamada SEB, y por lo que pude comprobar buscando por internet, aún podría encontrarla en Bélgica pero en Holanda la Multidelices es prácticamente desconocida.
Nota: todas las fotos las he cogido del sitio tefal.es, mucho mejores que las que le he hecho yo a mi Multidelice
Además, he de reconocer que mientras buscaba por internet pude escuchar esa irritante vocecita interior que tantas veces trata de meternos en vereda, diciéndome: “No le vas a dar uso… dinero tirado… para qué otro cacharro más…”. En fin, que entre uno y otro, pasó el tiempo y se me quitó el antojo.
Hasta que, mientras estaba en España, quiso la casualidad que me apareciera un anuncio de Amazon.es en un sitio web que no tenía nada que ver con la Multidelices (muy agudos, ya que mientras estoy en Holanda no puedo hacer pedidos a amazon.es, solo com, co.uk y de)… y estaba de oferta, ¡casi 30 euros más barata! pero además, sin gastos de envío… ¡Todo un chollazo!
Desde mi hemisferio izquierdo, comenzaron a llegar los cantos de sirena: podría hacer yogures desnatados; y natillas “low fat”; y quesos blancos, que en Holanda no se comercializan (light, por supuesto). ¡Las posibilidades eran infinitas!
Y claro, me la pedí sin dudarlo un momento. Me llegó al par de días, y ya la estrené in situ. La maquinita está muy bien pensada: en la pantallita digital pueden elegirse tres velocidades, una que trabaja tiempos largos a temperatura media, para hacer yogur; la segunda que es igual pero que es para hacer quesos; y la tercera, para hacer flanes, que trabaja a temperatura más alta pero tiempos más cortos, y añadiéndole agua para cocer al baño maría. Una vez programadas las horas (en el caso de yogures y quesos) o los minutos (para flanes y natillas), la Multidelices trabaja sola y cuando se apaga emite un pitido. Además viene con un librito de postres muy práctico.
Yo la estrené nada más recibirla y la verdad es que los resultados no me desagradaron. Pero pronto llegaron los peros: 1- yogur natural ¡qué aburrido!, y además no merece la pena comprar un aparato tan caro para usarlo de vulgar yogurtera. 2- quesos blancos, vaya chasco… no son los quesos que yo creía, tipo los mini quesos de Burgos que les das la vuelta y quedan como un flan. Son como yogur pero de queso: requesones o quark, que esos sí los hay en Holanda. 3- postres lácteos, qué ricas recetas (sí, alguno que otro ya lo he catado… ya publicaré alguna de las recetas con foto de los resultados), pero un gran problema y es que aunque no llevan la etiqueta con la información nutricional como los del supermercado, sospecho que en solo un tarrito de la Multidelice hay más calorías que las que me deja comer a mí mi dietista en 2 semanas.
Total que no la estoy usando nada… a decir verdad la usé 3 veces en España y otras 2 en Holanda y luego rápidamente cayó en el olvido. Por eso voy a intentar cogerle el truco e irme haciendo con una lista de favoritos Multidelices, que iré publicando poco a poco. A ver qué va saliendo de esto…
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