¿Cuántos panes tengo ya en Kuinetes? ¿5? ¿6?
No tengo la menor idea. Entre pan de receta básica, pan de leche, pan de semillas, pan de nueces… poco a poco vamos rellenando el surtido panarra.
Lo que aún no tenía por aquí es un pan integral y aproveché que en casa tenía harina integral de centeno que no sabía en qué usar para rellenar ese vacío.
También tenía ya muchas ganas de estrenar la panera que Lékué nos regaló a cada blogger de los que asistimos a las meriendas de Margot en L’Obrador. Entre una cosa y otra he pasado unas semanitas de escándalo y se me ha complicado el tema de rascar unas horas para estrenarla.
De la web de Lékué cito la descripción de esta panera:
Con la Panera ¡pesa, amasa y hornea en un solo recipiente! Gracias a su versatilidad podrás realizar todo el proceso tradicional para hacer pan en un único utensilio de una forma más limpia, ahorrando tiempo y espacio. Su diseño en forma de cuenco parcialmente cerrado permite que el vapor circule en su interior aportando humedad a la masa y evitando que el pan se seque. A su vez, las aperturas laterales permiten la circulación del aire caliente dotando al pan de una textura crujiente y dorada. Disfruta de las sensaciones y los aromas del pan tradicional hecho en casa. Para un acabado crujiente acabar la cocción con unos minutos de horno. 100% Silicona Platino.
Por la descripción pinta bien. Puedes pesar los ingredientes, preparar la masa y hornear un pan, todo en el mismo recipiente. Así nos ahorramos limpiar los mil cacharritos que solemos -o al menos yo, suelo- ensuciar para preparar un pan.
Al tacto es muy blando, es de silicona como es habitual en Lékué, y por ello en un principio no me parecía que fuera cómodo para pesar y amasar. Seguramente porque estoy más acostumbrada a recipientes rígidos.
La experiencia fue que tanto para pesar como para dar un primer amasado va perfectamente bien. El hecho de que no sea un bol rígido no influye para nada y se hace igual de cómodo que otros recipientes más tradicionales.
Sin embargo yo hice además un amasado sobre la superficie de madera de siempre. Por costumbre, porque hasta ahora he usado el amasado francés y el de pliegues y no conozco otra manera de hacerlo y que quede bien.
Lo que sí me sorprendió muy gratamente es su uso como recipiente para el horneado. Puse la masa a hacer el último levado dentro de la panera y tal cual la introduje en el horno.
Dice que “su diseño en forma de cuenco parcialmente cerrado permite que el vapor circule en su interior aportando humedad a la masa y evitando que el pan se seque”. De acuerdo. Vamos a probarlo ;)
El funcionamiento es muy sencillo: precalentamos el horno como siempre y, una vez caliente introducimos la panera con la masa dentro. Lleva una pequeña solapa y una ranura para introducirla. De esta manera la panera queda cerrada casi del todo para permitir la circulación del vapor y mantener la forma del pan.
El resultado, efectivamente, fue un pan bastante húmedo sin necesidad ni de vaporizar agua en el horno ni de poner recipientes con agua ni nada por el estilo. Tan sencillo como abrir el horno, poner la panera, cerrar y esperar a que termine el horneado.
Al abrir la panera para ver cómo había quedado… ¡un pan precioso! ¿lo habéis visto? ¡y tan fácil de hacer!
Os dejo con la receta para este pan integral de centeno y os recomiendo, si podéis, que lo hagáis con esta panera de Lékué. Veréis que realmente es muy fácil e infinitamente más limpio que del modo tradicional.
Pan integral de centeno con poolish
La noche antes prepararemos un pre-fermento. Ayuda al levado y le da un punto de acidez muy interesante. Vale la pena hacerlo así:
Para el poolish:
100 grs. de agua
5 grs. de levadura fresca
100 grs. de harina de centeno integral
1 cda. de miel
Para el pan:
El poolish
100 grs. de harina de trigo de fuerza
200 grs. de harina integral de centeno
10 grs. de sal
20 grs. de levadura fresca
180 grs. de agua
Preparación
1. Con unas horas de antelación mezclamos todos los ingredientes del poolish. Lo dejamos reposar tapado con un papel film. Si preparamos el pan por la mañana, lo podemos hacer por la noche.
2. Pasado ese tiempo, en el que se habrá llenado de burbujitas el poolish y olerá como a cerveza, añadimos el resto de ingredientes del pan y lo amasamos de la manera que solamos hacerlo. No es una masa muy hidratada, por lo que no sería necesario un amasado francés.
3. Dejamos la masa en la panera tapada con un paño durante unas dos horas para que leve. Pasado ese tiempo la desgasificamos y la dejamos levar media hora más.
4. Mientras tanto podemos ir calentando el horno a 220º
5. Hacemos unos cortes (greñas) en la masa y la espolvoreamos bien con harina para darle ese toque rústico. Cerramos la panera con la solapa y la introducimos en el horno durante 30-35 minutos. La manera de comprobar si está bien horneado es la habitual: lo sacamos con mucho cuidado, que quema, y le golpeamos la base. Si suena hueco, está listo.
Cada pan tiene su momento, y habrá días que prefiera prepararlo como he estado haciendo hasta ahora y que ya os he mostrado en otras recetas. Pero la verdad, hay días en los que no tienes los ánimos y prefieres algo práctico y fácil. Lo tengo claro: para esos días, la panera.
Espero que os animéis a usarla… y que me contéis qué os ha parecido! ;)
Besos