Si algo tenemos que agradecer a esta terrorífica celebración son todas las recetas con calabaza que poco a poco salen a la luz. Cuando era pequeña a penas se utilizaba en cocina, más bien se destinaba al consumo animal. Por suerte, se está recuperando su consumo tanto en recetas dulces como saladas, y la verdad es que me encanta. ¡Vamos con la receta!
INGREDIENTES:
600 gr de calabaza
6 rebanadas de pan de molde
200 ml de nata (crema de leche) líquida
4 huevos
4 cucharadas de azúcar
mantequilla + harina para el molde
frutos secos variados (opcional, para decorar)
ELABORACIÓN:
1. Limpiamos la calabaza, quitándole la piel y las semillas. A continuación, en una olla con agua la cocemos (troceada) hasta que quede blanda. Retiramos de la olla y escurrimos bien toda la pulpa.
2. En un bol ponemos la calabaza, los huevos, la nata (crema de leche), el azúcar y el pan de molde desmenuzado. Trituramos estos ingredientes con la batidora eléctrica hasta conseguir una textura homogénea.
3. Precalentamos el horno a 200º . Untamos un molde refractario tipo plum-cake con mantequilla y lo espolvoreamos con un poquito de harina, así evitaremos que el pudin se pegue.
4. Vertemos la mezcla de pudin en el molde y horneamos entre 50 minutos y una hora aproximadamente. Si a mitad del horneado vemos que se dora demasiado la parte de arriba ponemos un poco de papel de hornear (papel vegetal) encima para que no se queme.
5. Hecho el pudin, dejaremos que enfríe antes de desmoldarlo. Para terminar, lo decoraremos al gusto, en este caso, con frutos secos: nueces troceadas y pasas.
¡Buen provecho!
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