Esta receta es para el reto La cocina TS del mes de Octubre de 2016.
En esta ocasión está dedicado a la cocina de monasterios y conventos. En un mundo en el que la información está en todas partes, los lugares reservados a la vida espiritual siguen despertando curiosidad. Durante siglos los conventos y monasterios se rodearon de misterio, pero en la actualidad, sus responsables empiezan a asumir una política de puertas abiertas.
Al entrar en la cocina de los centros religiosos, nos deleitamos con el olor de los guisos descubriendo, poco a poco recetas tradicionales con métodos de elaboración prácticos y artesanales que garantizan el máximo aprovechamiento de los ingredientes naturales.
La receta que yo traigo para este reto la he sacado de un libro titulado "Las Recetas de la Abadesa".
Ingredientes:
Un bote pequeño de leche condensada
4 melocotones
4 huevos
12 bizcochos alargados (o restos de bizcocho, magdalenas, etc)
un limón
una copita de kirsch
azúcar
Preparación:
En un molde para pudin se ponen a calentar 2 cucharadas de azúcar con tres de agua y unas gotas de zumo de limón. Cuando empieza a tomar color oscuro se retira el molde del fuego, deslizando el caramelo por el fondo y las paredes del mismo hasta cubrirlo. Dejar enfriar.
Los melocotones una vez pelados y troceados, se ponen a cocer en un cazo con un vaso de agua, 4 cucharadas de azúcar y unas gotas de limón.
En otro cazo se pone a calentar el bote de leche condensada, 1/2 litro de agua y la corteza de medio limón. Mientras se baten bien los huevos en un bol, añadiéndole poco a poco la leche templada.
Este preparado se vierte sobre el molde caramelizado, incorporando luego los trozos de melocotón bien escurridos.
Los bizcochos se remojan en una mezcla con el líquido de maceración de los melocotones y la copita de kirsch; después de remojados, se colocan sobre los trozos de melocotón y se mete al horno precalentado a 180 grados en una bandeja con agua para que se haga al baño maría durante 35 a 40 minutos. Se sabrá que esta en su punto si al pinchar con una aguja larga, ésta sale limpia.
Una vez cocido el pudin se deja enfriar antes de desmoldarlo.