Esta vez, qué casualidad, tenía antojo y no había queso fresco en la nevera, así que la tuneé. El sustituto ha sido el mascarpone que tenía en el frigo a puntito de caducar. Vale, no es lo mismo, pero os aseguro que la textura de esta quesada es absolutamente exquisita. Compacta y muuuy cremosa. Y si no...probadla y me lo contáis. ¡¡Y que me perdonen los pasiegos!!
Ingredientes
250 gr de queso Mascarpone
500 gr de leche entera
2 huevos
270 gr de azúcar
Ralladura de un limón
1 cucharadita de canela molida
100 gr de mantequilla pomada
150 gr de harina
Precalentamos el horno a 180º. Engrasamos un molde con mantequilla.
Mezclamos todos los ingredientes con ayuda de una batidora hasta obtener una mezcla homogénea. Vertemos la mezcla en el molde y metemos al horno calor arriba y abajo, sin ventilador, durante 1 hora más o menos o hasta que esté cuajada (el tiempo va a depender de cada horno).
Dejamos enfriar por completo antes de meter en la nevera. Enfriamos para que se compacte y desmoldamos.