Vamos a hacer queso!
Ingredientes para el queso natural:
1 l de leche fresca pasteurizada (de vaca, oveja o cabra)
2 limones
1 cucharadita de sal
Para el queso a las hierbas añadiremos:
Romero, tomillo, orégano (una o varias de ellas)
Para el queso con tomate y albahaca añadiremos:
3 tomates secos
3 hojas de albahaca fresca
Elaboración:
Calentar la leche hasta 90º, comprobando la temperatura con un termómetro o, más fácil, calentarla en el microondas a 800W durante 13’ en los que normalmente alcanzará dicha temperatura.
Añadir 30 ml de zumo de limón, si son grandes bastará con limón y medio. El limón o la lima son sólo uno de los ácidos que se pueden utilizar para que cuaje la leche. También se puede hacer con vinagre, yogurt, incluso nata (crema de leche) con los cuales adquirirá distintas texturas. Pero eso serán otras recetas.
Incorporar ahora la sal (no lo hagáis antes de calentar la leche porque no cuajaría).
Mezclar bien y dejar reposar a temperatura ambiente durante media hora. Veremos que empieza a cuajar, pero hay que darle su tiempo.
Si lo queremos a las hierbas, este es el momento de incorporarlas, frescas o secas, picaditas. Si sólo queremos aromatizar, sin encontrarlas, podemos añadir una ramita de la hierba fresca que prefiramos al principio y retirarla una vez que la leche se haya calentado.
Si lo queremos con tomate, este es el momento también de incorporar los tomates sin necesidad de hidratarlos previamente, cortados a trocitos (mejor con tijeras!) Se hidratarán en el propio líquido. La albahaca picada la incorporaremos después, una vez colado.
Pasada la media hora, ya lo podemos colar sobre un colador y a través de una gasa o, más fácil, utilizando un colador específico para ello, como el que veis en la foto (es de Lekue y podéis encontrar todo el kit en tiendas de accesorios para cocina).
Aplastarlo con una cuchara para que suelte todo el suero, añadir ahora las hierbas delicadas, como la albahaca, para que mantengan su frescura y color, darle forma (con el colador específico no es necesario) y dejarlo reposar en el frigorífico, al menos durante una hora, antes de consumirlo.
Y ya tenemos queso fresco de elaboración propia, para tomarlo cuando y como más nos guste! En ensaladas, como desayuno, el natural como postre acompañado de miel o mermelada La leche puede ser, si lo preferís, semidesnatada o desnatada pero, eso sí, ha de ser fresca pasteurizada, la que encontraréis en los frigoríficos de los supermercados. Como tal, habrá que consumir el queso fresco en unos tres días (si llega!). En fin, todo un camino por el que ir avanzando y utilizando la imaginación, este de los quesos! Continuará