Mi primo Dennis me invitó a conocer París. Tengo que confesar que estaba emocionado y asustado a la vez, porque soy un Lobo de mundo más en teoría que en la práctica. No son muchos los viajes que he hecho y me imponen las grandes ciudades.
París en ese aspecto me resultó desmesurada; los grandes boulevares, que abundan como las setas en mi bosque y que te lleva una vida cruzar, los edificios Haussman con esos ventanales de 8 metros, el Petit Palais... que no se si es un nombre o una broma.
La ciudad del amor... ¿pero dónde se da uno un achuchón aquí, si te ven desde Bélgica? Tras esta impresión inicial Denis me descubrió el París de los barrios: Le Marais, Montmartre...Qué tiendecitas por doquier, llenas de las más atractivas delicatesems: panaderías, pastelerías, incluso las pescaderías, tratan el género como si de Christie´s se tratase. La calle Monterguiel con sus tiendas de comestibles durante el día y sus restaurantes por la noche... ummmh. O la rue Lepic, recomendada por el Oso con Botas, donde entre otras delicias vi la mayor variedad de setas silvestres de mi vida!.
Y qué decir de las francesas. ¡Mon Dieu!, no se puede decir otra cosa, el mayor número de pivones por metro cuadrado que he visto jamás, bizco iba por la rue...
A los tres días ya estaba pensando seriamente en trasladarme. Sólo por estar cerca de la preciosisísima iglesia de S. Eustache y el museo d"Orsay vale la pena (Por cierto, si creíais que lo del síndrome de Stendhal era una leyenda urbana ya os digo yo que no...) Aquí la vida cultural es un no parar.
Esa noche tomando unos gintonics, que por cierto ponen fatal, contactamos con dos muchachuelas de lo más atractivo. Parece ser que los tipos rollo pelo en pecho no abundan, así que otro nicho de mercado abierto para mí. Las chicas estaban de lo más meloso y decidimos dar el clásico paseito romántico.
Cual fue nuestra sorpresa, no grata precisamente, cuando al aparecer la luna, Denis empieza a emitir unos sonidos extraños para después de unos revolcones levantarse convertido en...¡Hombre!
Y que hombre... parecía el remedo del zorrillo apestoso, ese de los dibujos. Empezó a hablar con un acento imposible a lo "adogable señoguita...", a besuquearles las manos hasta el codo... Si hasta se puso una boina! La cosa es que las jóvenes, alarmadas, empezaron a escaquearse y como no se zafaban de él acabaron llamando a los gendarmes.
La noche la pasamos en el calabozo, y no veas para explicar lo del lobo-hombre.
En fin, que me he vuelto a casa tan a gustito, y a París, como mucho, cuando haya luna nueva!
Quiche de salmón y eneldo
Para la masa (Pâte brisée) receta Julia Child
140 gr de harina
120 gr de mantequilla muy fria en daditos
4 c.s. de agua fria
1/2 c.t. sal
1 pizca de azúcar
Poner todos los ingredientes menos el agua en un bol y mezclar con la punta de los dedos rapidamente hasta que tengan aspecto de migas.
Añadir el agua y mezclar formando una pala con la mano rapidamente, recogiendo todas las migas del cuenco hasta formar una bola. Tiene que quedar junta, no pegajosa.
Para incorporar bien la grasa realizar el fraisage: Sobre una superficie enharinada arrastrar la masa unos 15 cm con la base de la mano. Se recoge con una espátula y se forma una bola. Envolver en film y refrigerar un mínimo de 2 dos horas.
Para el relleno
2 c.s. colmadas de harina
300 ml de leche
150 nata (crema de leche) para cocinar
150 gr de salmón en daditos, limpio y sin espinas
1/2 cebolla muy picada
2 c.p. de eneldo
3 huevos
Sal y pimienta
Extender la masa con un rodillo y forrar el molde presionando bien los lados, pinchar todo el fondo con un tenedor.
Precalentar a 190º
Untar una lámina de papel de aluminio y cubrir la masa, presionando las paredes, con la mantequilla hacia abajo. Cubrir el fondo con legumbres para que no crezca. Hornear 5 min.
Tostar en una sartén la harina y hacer una bechamel ligera con la leche, cuando esté espesa añadir la nata (crema de leche) y cocer 5 min.
Batir los huevos con la sal, la pimienta y el eneldo e incorporar a la bechamel. Añadir el salmón y la cebolla verter en el molde, del que habremos retirado el aluminio y las legumbres.
Hornear 25-30 min., hasta que suba y esté dorada.