Ya hemos entrado en el mes de diciembre y ya tenía ganas. Este año me invade el espíritu navideño. Tanto así que desde ya estamos disfrutando del árbol de Navidad en casa. El año pasado las fiestas fueron diferentes pero muy especiales pasamos unos 21 días de invierno en Japón. Mezclados entre el pueblo nipon y algún que otro grupo de extranjeros como nosotros aguardamos delante de la puerta del Santuario Fushimi Nari, el nuevo año, el año del gallo y después de una cuenta regresiva y felicitaciones a la japonesa entramos al santuario donde nos esperaba toda una fiesta.
Bebimos, comimos, tocamos las campanas y pedimos con tres palmadas que este nuevo año nos trajera bienestar y mucha salud. Allí donde fueres hacer lo que vieres siempre nos lo repetimos donde estemos. Así que las fiestas pasadas fueron increíbles y no descartamos repetir esta experiencia.
Nuestro primer viaje a Japón fue a finales del verano de 2015, algo más corto pues el recorrido que duró dos meses recogía varias ciudades de diferentes países de Asia. Este fue nuestro segundo viaje a Japón, en el que decidimos disfrutarlo mejor y concentrarlo en este sorprendente país.
Lo exprimimos al máximo, aunque para serles sinceros para mi Japón, nunca es suficiente. Conocer más, aprender más, descubrir y descubrir, no parar de asombrarme y no ser capaz de cerrar la boca de todo lo que me maravilla. Me siento muy conectada con su forma de vivir, su educación y civismo. Mi marido tiene clarísimo que si quisiera irse a vivir allí obtendría de mi parte el sí más rotundo.
Durante estas navidades un poco más concentrada y reconociendo nombres, palabras, paradas de tren, pude disfrutar y quedarme con sabores y hasta tengo mi plato favorito que es el Katsudon, que ya os lo haré y compartiré la receta con ustedes porque es un plato de lo más simple de hacer. Y tomé una vez más a pesar del frío helado de té matcha, mochi de té matcha, y montones de bizcochos y dulces varios deliciosos, pero también el Baumkuchen de varios sabores y también de té matcha, que se los tengo reservado en modo casero para estos días. Que, aunque como el nombre deja intuir, es alemán, en Japón es muy pero muy popular. Y como no, me he traído té de Japón y lo he usado para esta receta.
“Aunque el té molido tiene su origen en la China de tiempos de la dinastía Song, han sido los monjes Zen del Japón los que popularizaron la tradición. Durante largas horas de meditación bebían matcha para permanecer alerta y tranquilos favoreciendo la concentración y la claridad de la mente sin la energía nerviosa que proporciona el café.”
“Un vaso de match equivale a 10 vasos de té verde en antioxidantes y valor nutricional. El té matcha es la hoja entera del té verde que, tras un proceso especial de cultivo, recolección y secado, se muele para obtener un polvo fino y verde intenso que multiplica los beneficios del té verde.”
“El té matcha calma y relaja, mejora nuestro estado de ánimo y ayuda en la concentración. Matcha es rico en L-teanina un aminoácido que promueve un estado de relajación y bienestar. Relaja sin dar somnolencia y da energía sin agotar. Puede contener hasta cinco veces más de este aminoácido que los tés negros y verdes comunes.”
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RECETA DE BIZCOCHO MARMOLADO DE TÈ MATCHA
INGREDIENTES
- 230 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 250 g de azúcar
- 4 huevos grandes
- 1 cucharada de extracto de vainilla
- 250 g de harina
- 10 g de polvos de hornear
- Una pizca de sal
- 30 ml de agua caliente
- 15 g de té matcha
PREPARACIÓN
- Precalentar el horno a 175ºC. Engrasa un molde de Bundt Cake preferiblemente con espray antiadherente.
- En una batidora eléctrica a velocidad media bate la mantequilla y el azúcar hasta obtener una mezcla suave y esponjosa.
- En un bol pequeño bate ligeramente los huevos con el extracto de vainilla. Vierte los huevos sobre la mantequilla poco a poco sin dejar de batir a velocidad baja.
- Tamiza la harina, los polvos de hornear y la sal. Agrégalos en tres tandas a la mezcla anterior batiendo después de cada incorporación. Recoge las masa de las paredes del recipiente y bate a velocidad alta 1 minuto.
- Separa la masa en dos mitades. Diluye en el agua caliente la cucharada sopera de de té matcha viértelo sobre una de las mitades. Remueve hasta que esté todo bien mezclado y liso.
- Con ayuda de una cuchara intercala ambas masas hasta terminar las cantidades. Introduce luego un palillo para unir ambas masas creando remolinos.
- Hornea durante 45 minutos o hasta que al introducir un palillo en el centro del bizcocho este salga limpio. Saca el molde del horno y déjalo reposar sobre una rejilla. Desmolda y deja el bizcocho enfriar completamente sobre la rejilla.