Esta semana ha tocado volver a la rutina. A mí no me suele costar demasiado pero este año se me está haciendo cuesta arriba, aunque para definirlo mejor creo que pegaría más sustituir la cuesta por una pared vertical casi imposible de escalar, sobretodo a principios de semana, pero poco a poco ya me estoy acostumbrando y espero estar al 100% pronto. Con la ayuda de mi Mixto y mis zapatillas para correr, lo conseguiré
Si es que, ¿cómo no me va a costar volver a trabajar después de las pedazo de vacaciones que hemos disfrutado? Sería rara si no me costara.
En Japón compramos alguna que otra cosa para poner en casa. Yo compré unas Hello Kitty de plástico, cada una vestida de un oficio y las tengo allí en el comedor, recordándome lo bien que lo pasamos. También compramos un Sushi Man, que con la luz solar mueve la cabeza y la mano como si hiciera sushi. ¡Es súper gracioso! Y peluches del Mario, Luigi y mi querido Yoshi. Y una taza. Y? ¡tachán! Té verde Matcha.
Si hablando de Japón os ha entrado ganas de comida japonesa, os recomiendo el Katsudon que publiqué hace poquito. ¡Ñammmm, se me hace la boca agua sólo de pensarlo!
Hoy os traigo una receta con Matcha. No sé si os lo he dicho alguna vez, pero me encanta el té. Cada mañana al levantarme, me tomo un té calentito en lugar de un café. Mi preferido es un té verde japonés que se llama Genmaicha. A los que os guste el té, tenéis que probarlo. ¡Está buenísimo!
Y bueno, el té Matcha tiene tantas utilidades en la cocina, sobretodo en la repostería que no sabía qué receta hacer para probarlo. Preguntando a mis hermanitas, me dijeron de todo: helado de té verde, trufas de té verde, mochi de té verde, pero lo veía demasiado complicado para mí. Pensaba en un tiramisú de té verde, pero no he tenido mucho tiempo esta semana así que también la descarté, más bien la pospongo porque tengo en mente hacerlo algún día, pero hoy os traigo algo más sencillito, pero igual de rico.
Mirando en mis súper carpeta de "recetas por hacer" encontré esta de Cocinando con Cuba, que tomé como base para hacer este delicioso postre.
Mi catador oficial alias Mixto, me ha dado el visto bueno. Le ha gustado mucho y ya sabéis que él, nunca miente. Mis hermanitas también la han probado y también les ha gustado. Espero que a vosotros también os guste.
INGREDIENTES (para 4 vasitos):
Para días en los que necesitas algo dulce para animarte.
500 ml. de nata (crema de leche) para montar.
50 gr. de azúcar.
6 gr. de hojas de gelatina.
½ cucharadita de extracto de vainilla.
2 cucharaditas de Té verde Matcha.
Chips de chocolate blanco.
Té verde Matcha para decorar.Sumergimos las hojas de gelatina en agua fría.
Ponemos la nata (crema de leche) con el azúcar y el extracto de vainilla en un cazo y dejamos a fuego medio hasta que hierva. Cuando hierva, lo dejamos un par de minutos más a fuego lento. Sobretodo, vigilad muy bien el cazo porque la nata (crema de leche), igual que la leche, al hervir sube muy rápido y se os puede desbordar del cazo (como me pasó a mí).
En un vaso aparte, ponemos un poco de la mezcla caliente y añadimos las 2 cucharaditas de té Matcha. Mezclamos bien y añadimos al cazo. Mezclamos bien hasta que la mezcla sea homogénea. Así evitamos grumos.
Retiramos del fuego y dejamos templar un poco. Entonces, añadimos la gelatina escurrida y removemos bien hasta que se integre bien la gelatina.
Por último, rellenamos los vasitos o recipientes donde queremos presentar la Panna Cotta y dejamos enfirar a temperatura ambiente. Cuando esté fría, metemos en la nevera hasta que cuaje, al menos 5 horas.
Una vez cuajada, añadimos los chips de chocolate blanco por encima y espolvoréamos con un poco de té verde Matcha.
¿Os animáis a probarla?
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