Ían nació el pasado 2 de Septiembre y está más que guapo. ¡Qué voy a decir yo siendo su madre! Por si queréis saber más detalles de cómo fue todo, os animo a que os paséis por Kaihattan y leáis el post donde explico cómo fue.
La receta de hoy aparte de ser uno de mis inventos tras abrir la nevera y ver qué hay disponible para comer, es muy especial porque justo después de prepararla, fotografiarla y probarla, Ían decidió dar señales de que quería salir y conocer a sus papis y familia. También la preparé pensando en mi Mixto, en su táper, y como a él le encanta el cous cous y las anguriñas, he decidido incluir esta receta en Días amorosos.
En el blog tengo dos recetas más con cous cous, por si queréis echar un vistazo. Podéis verlas aquí.
Fue justo al acabar de comer cuando empecé a romper aguas, así que recordaré siempre este plato de una manera muy especial. La verdad es que al principio no pensaba que estuviera de parto porque aún me quedaban unos días para salir de cuentas y además, yo pensaba que romper aguas era literalmente romper aguas de repente y de golpe, y en mi caso no fue así.
Todo salió genial y ahora somos uno más en la familia. Estamos súper contentos con la llegada de nuestro Mixtito y no hay que decir que sólo con mirarlo, se nos cae la baba a los dos. Yo estoy en modo “muero de amor” constantemente, con la cámara en mano. El pobre tiene fotos en todas las poses y posturas. Al final se va a hartar de mí
En fin, ya no me enrollo más y os dejo con la receta. ¡Espero que os animéis a prepararla!
INGREDIENTES (para 2-3 raciones):
Para días normales que se vuelven especiales de repente.
150 gr. de cous cous.
125 gr. de anguriñas.
1 puñado de gambitas peladas congeladas.
1 calabacín pequeño o mediano.
1 diente de ajo.
Peperoncino o guindilla.
Aceite de oliva y sal.
Primero de todo, preparamos el cous cous siguiendo las instrucciones del paquete. En mi caso puse a calentar 150 ml de agua con un poco de aceite y sal. Una vez hierve, apartamos del fuego y añadimos el cous cous. Mezclamos y dejamos reposar durante 3 minutos y volvemos a mezclar. Reservamos.
Picamos el diente de ajo y lavamos y cortamos el calabacín por la mitad y después en láminas.
En una sartén con un chorrito de aceite de oliva, añadimos el ajo y el peperoncino o guindilla. Removemos hasta que esté doradito y añadimos el calabacín. Tras unos minutos, agregamos las gambas y una pizca de sal y removemos hasta que esté todo listo, aproximadamente unos 7 minutos.
Este plato es ideal para llevar en el táper ya que una vez recalentado, el resultado es muy parecido a recién hecho. No es lo mismo, por supuesto pero no queda mal como el arroz por ejemplo, que de un día para otro y recalentado, no queda demasiado bien.
¿Os animáis a preparar este plato? Espero que sí y me contéis qué os parece.
¡Hasta la próxima, guap@s!
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