¿Hay algo más romántico que el Día de los Enamorados te preparen este desayuno con Bagels caseros?
¡Yo diría que no!
Bueno…
Vale…
Los Bagels los hice yo, porque a mi maridín le adornan muchas virtudes, pero muchas, pero no fue bendecido con el don de la cocina.
Pero aún y así, que preparé la bandeja del desayuno con las tazas de café, que los tueste un poquito, los unte con queso crema y tu mermelada favorita es un detalle que me encanta.
Además, prefiero hacer yo los Bagels por lo que pudiera pasar…jajaja.
Es verdad que este año el día de los enamorados cae en miércoles, pero podemos prorratear un poco la fecha y pasarla al sábado para disfrutar de un desayuno slowly que tanto deseamos entre semana.
Tengo otra receta de Bagels que preparé para una comida/cena de picoteo, pero esa receta lleva solo agua y AOVE. Tenía muchas ganas de preparar otra receta y ver como quedaba.
Esta lleva leche y mantequilla y me parece más acertada para rellenar con dulce.
Mis consideraciones:
- Siempre que puedas usa levadura fresca de panadero, tiene más aromas y matices.
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- No confundir con la levadura química o polvos para hornear tipo Royal.
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- Se puede congelar perfectamente, yo siempre tengo un par de cubitos en el congelador y la verdad es que en un ratito esta lista para usar.
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- Yo te doy la cantidad de levadura seca de panadero y la fresca.
- Cuando vayas a añadir el agua, resérvate un poco de líquido para ir añadiendo si fuera necesario.
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- Si empiezas con la masa el viernes por la tarde, puedes dejar que el primer levado se haga en la nevera toda la noche. Por la mañana das forma, dejas levar y puedes tenerlos perfectamente para el desayuno, un poco tardío como son los desayunos de los sábados o domingos.
- En el segundo levado, es decir cuando damos forma a los bagels, lo mejor es recortar cuadrados de papel de horno lo suficientemente grandes como para que quepa el bagel levado, y así podremos coger el papel y llevarlo a la cazuela para escaldarlo, volteamos y caerá el bagel en el agua sin que se nos deforme al manipularlo.
- Otra opción es hacerlos y congelarlos. Sacas 20 minutos antes del congelador, un golpe de tostador y a disfrutar.
- Los Bagels son deliciosos pero dado la cantidad que tienen de levadura no duran tiernos mas de un día aunque al día siguiente en el tostador siguen siendo una delicia.
- Los tiempos de levado son orientativos dependiendo de la estación del año en que estemos, en verano menos tiempo y en invierno más.
- Dentro del horno apagado es buena opción para dejar levar la masa, si es invierno puedes encender la luz para acelerar el proceso.
- Te animo a hacer en un momento el azúcar invertido, ya que se hace muy rápido y hace que tus preparaciones sean más tiernas y se conserven así más tiempo. Tienes todos los trucos y formas de hacerlo en el tutorial que hice sobre el Azúcar Invertido.
INGREDIENTES:
Para los Bagels:
Para unos 8 bagels
500gr de harina de fuerza
1.5 cucharadita de sal
125ml de agua templada
125ml de leche
1 cuchara de azúcar invetido o en su defecto miel
1 sobre de levadura seca de panadero (7 gr) o bien 21 de levadura fresca de panadero.
1 huevo L
1 de mantequilla derretida
Avena para decorar
1 huevo batido con un chorrito de nata (crema de leche)
Para el relleno:
Queso crema o mantequilla
Mermelada al gusto
ELBORACIÓN:
Del Bagle:
Tamizamos la harina y la sal y reservamos.
Templamos el agua y la leche, importante que no pase de 40 grados porque podríamos matar la levadura.
Apartamos unos 20ml de la mezcla de agua y leche, para añadir posteriormente si fuera necesario.
En el resto del agua templada (que no hirviendo) disolvemos la levadura y añadimos el huevo, la mantequilla derretida y el azúcar invertido.
Volcamos los ingredientes líquidos sobre los solidos y amasamos, podemos hacerlo a mano o con un robot.
Yo lo hice con la ayuda de mi Kitchen Aid y con el accesorio amasador, esto nos puede llevar unos 10 minutos a baja velocidad.
Si en el proceso de amasado ves que te queda muy seca la masa, ve añadiendo el agua que te reservaste.
La masa es elástica y manejable, no es una masa excesivamente hidratada que se pega a las manos.
Pasamos a un bol engrasado y tapamos con un paño. Dejamos levar un media hora, pero depende de la época del año, lo mejor es mirarla de vez en cuando.
Recuerda que este levado puedes hacerlo toda la noche en la nevera.
Cuando haya doblado su tamaño, la sacamos del bol dejando que caiga por su propio peso y con un cuchillo afilado (nada de desgarrar la masa) hacemos porciones de unos 100gr cada uno, nos saldrán 8 con este peso. Boleamos, hacemos un agujero en el centro y agrandamos porque al levar y hornearse podemos quedarnos sin agujero, que no pasa nada, pero no es lo suyo.
Los ponemos sobre una bandeja engrasada tapados con plástico engrasado, pero déjalo flojo para que los bagels puedan crecer.
Dejamos levar otra media hora más o menos, ya sabes que el tiempo es orientativo, pero te dará una pista ver como el bagel se esponja y ya no es una masa compacta.
Precalentamos el horno a 220 grados, yo usé ventilador.
Ponemos a hervir una olla con agua y escaldamos los bagels medio minuto o menos por cada lado, os sea, nada. Nos ayudamos de una espumadera.
Yo los escaldé de dos en dos por el tamaño de mi olla y porque me era más fácil controlarlos.
Dejamos reposar los bagles sobre una rejilla unos 5 minutos.
Pasamos a la bandeja de horno que habremos engrasado previamente o cubierto con un papel de horno.
Pincelamos bien con la mezcla de huevo y nata (crema de leche), porque esto le da humedad al bagel y lo protege del calor.
Espolvoreamos con la avena y horneamos unos 15 minutos o hasta que los veamos dorados.
Los sacamos del horno y dejamos enfriar .
Ya solo tenemos que abrirlos y rellenarlos con lo que más nos guste desayunar, yo en este caso queso crema y mermelada de frambuesa.
Espero que os guste la receta de hoy y que seáis muchos los que los hagáis y desayunéis tan románticamente el Día de los Enamorados.
Como siempre os dejo con el verdadero pedacito de cielo:
“Cuando mi mente se llenó de dudas, tu consuelo renovó mi esperanza y mi alegría” Salmo 94:19