Las coles de Bruselas, también conocidas como repollos de Bruselas, son un tipo de cultivo invernal de coles que tiene tanto amantes como detractores. De hecho, al comentarle a un amigo que iba a prepararlas lo primero que dijo fue “luego la casa apesta” pero al cocinarlas en el horno, no dejan ningún tipo de mal olor.
En nuestro caso fuimos a la frutería de confianza y le preguntamos pero nos dijo que como el frío se había retrasado no tenían, ya que ellos únicamente compran productos de proximidad. Así que compré un paquete de coles de Bruselas congeladas y las dejé descongelar extendidas sobre una rejilla para que no quedasen demasiado empapadas.
Ingredientes:
400 gr de coles de Bruselas
50 gr de mantequilla
2 dientes de ajo
2 cucharadas de queso parmesano rallado
100 gr de daditos de bacon
Cortamos una a una todas las coles de Bruselas longitudinalmente, y retiramos si está fea la hoja exterior y las vamos metiendo en un bol, al que añadiremos sal, la mantequilla derretida, los dientes de ajo machacados y el queso parmesano rallado o en polvo.
Extendemos papel de horno sobre una bandeja y añadimos las coles de Bruselas, asegurándonos que quedan con la parte cortada hacia el papel, de manera que esa parte luego quedará crujiente.
Añadimos los daditos de bacon entre las mitad de las coles, de manera que cuando se caliente el bacon y desprenda su grasa, esta pueda ser absorbida por las coles.
Metemos la bandeja al horno, a 200ºC con calor arriba y abajo durante unos 20 minutos. Pasado este tiempo tendremos que revisar si están tiernas por dentro y crujientes por debajo, y si hiciera falta dejarlas un par de minutos más.
En caso de que las coles de Bruselas fueran frescas y muy grandes, entonces quizá necesiten unos minutos extra.
Servir calientes junto con una carne como en este caso o incluso podrían ser un primer plato, saliendo de estas cantidades ración para 2 personas.