Hacer galletitas de jengibre y canela no tiene ningún misterio. Mi horno de casi treinta años me trollea muchas veces con los bizcochos, pero sabe hacer galletas y después de varias horneadas para estrenar todo el arsenal de moldes que tenía por casa (corazones, estrellas, ositos y gatetes), puedo decir que salen siempre buenísimas.
¡Vamos al lío! Estos son los ingredientes que vas a necesitar:
400 gramos de harina (a ojímetro).
130 gramos de azúcar moreno.
Un huevo.
200 gramos de mantequilla o margarina.
Una cucharadita de canela.
Una cucharadita de jengibre.
Una pizca de sal.
Una pizca de levadura o bicarbonato.
Opcional: esencia de vainilla, miel o anís.
Una vez lo tengas todo preparado, ¡es hora de mancharte las manos!
PRIMERO: Mezclamos el huevo, el azúcar, la mantequilla-margarina (derretirla antes un poco en el microondas para que se incorpore bien a la mezcla), la canela y el jengibre. Si quieres, también puedes añadir esencia de vainilla, miel o anís (yo suelo echar un chorrito de anís y un poco de miel).
Utiliza unas varillas –eléctricas o tradicionales– para dejarlo todo bien mezcladito a punto de crema.
SEGUNDO: Después añadimos la harina tamizada y las pizquitas de levadura y sal.
Mezcla todo con las manos o ayudándote de una cuchara. Si la masa queda demasiado pegajosa, añade un poco más de harina. Es importante que la masa no se pegue a los dedos para poder trabajarla bien y dar forma a las galletitas.
TERCERO: Precalentamos el horno a 180 grados unos diez minutos. Mientras tanto, ve extendiendo la masa con un rodillo y ¡a galletear!
Si te gustan las galletas tiernas por dentro, hazlas más gorditas. Si prefieres que sean crujientes, hazlas finas. (Ojo al rigor científico de esta frase.) Yo las hice gorditas la primera vez, pero las prefiero delgadas (de unos cinco milímetros de grosor cuando están todavía sin hornear) porque salen más galletas y duran más (;
CUARTO: Hornea las galletas durante unos 10 – 15 minutos; a ojímetro y dependiendo de lo gorditas que sean. Cuando veas que se empiezan a dorar, es hora de sacarlas y meter la siguiente bandeja (porque sí, seguramente te saldrán más galletas de las que puedes gestionar en una sola horneada).
¿A que tienen buena pinta? Estas galletas se han convertido en mi receta dulce estrella. Ahora toca seguir experimentando; me gustaría probar a hacer cookies, galletas de crema de cacahuete o pastitas de limón y si el experimento sale apetecible, quizás te lo cuente por aquí.
Antes de que me preguntes por esos ositos color chocolate que se ven en las fotos: sí, son de chocolate. Separé la masa “normal” en dos y a una de las partes le añadí cacao en polvo. Hice algunos ositos de jengibre, canela y chocolate y otros marmolados (mezclando las dos masas). Estaban todos ricos, pero si tengo que elegir me quedo con la receta tradicional sin chocolate.
PD: ¡No tengo fotos de las galletas de gaticos!
¿Sueles hacer galletas cuando empieza el frío? ¿De qué tipo?