Pues un año mas he celebrado San Valentín con un red velvet, que es una de mis tartas favoritas y además de lejos la que mejor pega para este día ;). En esta ocasión la receta del bizcocho es la de Alma Obregón y he optado por hacerlo en el molde con forma de corazón del Ikea y no se que os parecerá a vosotros, pero a mi me ha encantado.
Ingredientes para el bizcocho
120 ml de aceite de oliva suave (yo para repostería prefiero el de girasol que tiene menos sabor)
320 gr de azúcar
2 huevos
2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar
1 cucharadita de colorante en gel rojo (hasta conseguir el color deseado)
3 cucharaditas de extracto de vainilla
250 ml de leche
2 cucharaditas de zumo de limón
300 gr de harina
1 cucharadita de bicarbonato
2 cucharaditas de vinagre blanco
Ingredientes para el relleno y cobertura
300 ml de nata (crema de leche) para montar muy fría
150 gr de queso cremoso
100 gr de azúcar (es orientativo, probar y poner mas o menos según os guste)
Mezclamos la leche con el limón y reservamos.
En un bol mezclamos el aceite, los huevos y el azúcar, cuando esté bien integrado añadimos el cacao en polvo, un chorlito de leche con limón y terminamos de mezclar.
Agregamos la harina tamizada y el resto de la leche con limón, alternando una y otra, acabando con la harina.
En un vasito mezclamos el bicarbonato con el vinagre, removemos y cuando burbujee añadimos a la mezcla anterior.
Finalmente añadimos la vainilla y el colorante.
Vertemos la mezcla en el molde y llevamos al horno 180º haste que lo pinchemos y salga limpio (a mi me llevó unos 50 min)
Sacamos y dejamos enfriar (lo ideal es hacerlo de un día para otro)
Con el bizcocho bien frío le cortamos la parte de arriba para dejarlo completamente plano y el bizcocho resultante lo dividimos en 2 discos. Para conseguir mejores resultados el disco de arriba se pone abajo y la parte limpia que era el “culo” será la que utilizamos para arriba.
Batimos la nata (crema de leche) con al azúcar y una vez montada vamos añadiendo el queso crema (previamente batido también)
Ponemos un poquito de mezcla de nata (crema de leche) en el plato donde vamos a montar la tarta para que no se nos mueva el bizcocho y colocamos encima el primer disco. Rellenamos y cubrimos con la otra plancha. Cubrimos el bizcocho con la nata (crema de leche).
La tapa del bizcocho que habíamos cortado al principio la pasamos por la batidora para hacer unas migas y decoramos con ella y con el resto de nata (crema de leche) a nuestro gusto.