Hola, hola, hola. Hoy os traigo una tarta que tenía ganas de preparar y que creo que no ha terminado su camino. Me ha gustado mucho pero quiero investigar el resultado cambiando la cobertura. Lo he preparado ¡por fin! Un poco obligada por el Reto Dis-fruta, en el que hay que elaborar una preparación dulce con la fruta o el producto o el mix propuesto cada mes. Pincha en el enlace si quieres ver las normas del reto
La administradora de este reto es Lidia del blog Nunca es demasiado dulce, que este mes nos ha propuesto un reto, reto. Nada más y nada menos que ¡¡¡la remolacha!!!. Yo la remolacha la he consumido en ensaladas preparadas por restaurantes. Nunca la he preparado yo.
Pues bueno, aprovechando la remolacha me he decidido a hacer la tarta Red Velvet. Hace tiempo que tenía ganas de descubrir cual es el verdadero sabor de una tarta Red Velvet elaborada con remolacha natural.
La receta la he sacado del blog Cookcakes de Ainhoa, que presentó esta tarta en el Halloween de 2016, con un mezclaillo de muchas recetas de muchas webs. Yo la he seguido al pie de la letra con la única diferencia que yo he usado remolacha cocida, y ella utilizó remolacha cruda. Las ventajas de la cocida es que es más fácil de triturar pero el inconveniente es que el color no es tan rojizo como con la remolacha cruda. Por eso yo le he añadido una gota de colorante rojo, pero ni aún así he conseguido el color de la tarta Red Velvet. Mira el corte y se ve de color rojizo amarronado.
No quise añadirle más de una gota para no abusar de aditivos.
Si quieres ver lo que he hecho para anteriores Retos Dis-fruta, pincha AQUÍ, aunque llevo poco tiempo en este juego.
He utilizado un molde redondo 11 centímetros de diámetro (3 pisos), que es una tarta pequeña, pero alta. Yo diría que con este tamaño tienes para repartir una ración adecuada a unas 6 personas.
INGREDIENTES para el bizcocho:
- 85 mililitros de Buttermilk (aprox. 75mililitros de leche y 10mililitros de vinagre blanco)
- 85 gramos Mantequilla a temperatura ambiente
- 160 gramos Harina
- 1/2 cucharada de Cacao en polvo
- 1 y 1/2 cucharadita de Levadura química en polvo
- 150g Remolacha cocida
- 1 y 1/2 cucharada de Vinagre de vino blanco
- Zumo de 1/2 limón
- 130g Azúcar
- 1 Huevo L
- 1/2 cucharada de pasta de Vainilla
- 1 gota de colorante rojo en pasta
PREPARACIÓN del bizcocho:
- Precalentamos el horno a 160º con calor arriba y abajo. Engrasamos con spray desmoldante o mantequilla o papel de horno nuestros moldes: usar o 3 moldes o uno sólo teniendo en cuenta que el tiempo de horneado aumentará. Reservamos para uso posterior.
- Preparamos el Buttermilk mezclando la leche y el vinagre blanco según las cantidades especificadas antes. Dejamos reposar entre 10 y 15 minutos. Veréis que se vuelve grumoso, como si se cortase.
- Dejamos la mantequilla a temperatura ambiente y cortada a dados para que adquiera una textura pomada, blanda pero no deshecha.
- En un bol juntamos la harina, el cacao y la levadura. Tamizamos y reservamos.
- Pelamos y cortamos la remolacha en dados pequeños y lo metemos en una trituradora. Incorporamos también el vinagre, el limón y el buttermilk. Trituramos hasta conseguir un puré fino, sin grumos. Reservamos.
- Batimos la mantequilla con el azúcar, primero a velocidad media y luego a velocidad alta hasta que blanquee.
Añadimos el huevo y seguimos batiendo a velocidad alta para que la mezcla adquiera aire.
- A nuestra masa, incorporamos la pasta de vainilla y el puré de remolacha.
Mezclamos a velocidad media hasta que se integre completamente. La mezcla parecerá cortada pero no os preocupéis, es por la cantidad de líquido añadida.
- Por último, incorporamos los ingredientes secos tamizados: harina, cacao y levadura. Mezclamos suavemente, con una espátula de mano o a la velocidad mínima, con movimientos envolventes.
- Repartimos la mezcla de nuestro Red Velvet en los tres moldes, a partes iguales.
- Metemos en el horno durante unos 30 minutos, hasta que al pinchar los bizcochos con un palillo, éste sale limpio y seco.
- Cuando estén perfectamente horneados, dejamos que se enfríen en una rejilla. Pasados unos 10 minutos, retiramos del molde para que se enfríen totalmente. Si lo necesitáis, con una lira, igualáis la altura de las tres capas de bizcocho antes de poner la crema .
INGREDIENTES para la crema de leche condensada:
- 150 mililitros de leche
- 3 y 1/2 cucharadas de Harina
- 170 gramos de Mantequilla
- 70 gramos Azúcar glas
- 5 cucharadas de Leche condensada
PREPARACIÓN de la crema de leche condensada:
- Calentamos ligeramente la leche (en el caso de que la tengáis en la nevera)
y le añadimos la harina.
Con unas varillas, removemos bien para que no se formen grumos. Ponemos en un cazo a fuego medio, y veréis como se va formando una bechamel. Debemos ir mezclando con unas varillas sin parar para que no se pegue en la base del cazo. Cuando la bechamel esté densa y pastosa, retiramos del fuego. Dejamos enfriar por completo a temperatura ambiente.
- Dejamos la mantequilla a temperatura ambiente para que adquiera una textura pomada.
- En el bol de nuestra batidora, tamizamos el azúcar glas. Le incorporamos la mantequilla
y batimos aumentando la velocidad progresivamente hasta conseguir una mezcla blanquecina.
- Añadimos la bechamel (que ya estará fría - es muy importante que no esté nada caliente o puede deshacer la mantequilla y no conseguiremos obtener la crema). Seguimos batiendo durante 1 minuto hasta que se integre por completo y no haya grumos.
- Cucharada a cucharada y a velocidad baja, vamos introduciendo la leche condensada.
La cantidad es un poco al gusto, pero pensad que, cuanta más leche condensada, menos consistente queda la crema, así que debemos ir con cuidado. Con las cinco cucharadas queda bien.
- Meter la crema en la nevera un rato antes de usarla para que coja cuerpo y consistencia y os sea más fácil decorar vuestra tarta.
Con esta crema de leche condensada, rellenamos y cubrimos la tarta.
Para decorar
Lo que má
s te guste. Yo he usado bolitas de caramelos y ralladura de chocolate de colores.
Mi opinión: Un bizcocho esponjoso, con un color diferente y un sabor a vainilla que combina muy bien con la leche condensada. No tenía mucha esperanza con la cobertura hecha con bechamel, pero debo decir que está buena.
Y para los preocupados por la remolacha, afirmo que no sabe a remolacha para nada.