De nuevo lunes, y éste es de lo que más cuesta, después de este puente tan largo. Para volver a la normalidad hoy un plato sencillo y delicioso. Por la cantidad de risottos que tengo publicados llegaréis a la conclusión que es uno de mis platos preferidos, ¿no?. Éste se lo vi a Carlos Dube hace ya bastante tiempo, y, como siempre, sus recetas son garantía de éxito. Lo he seguido al pie de la letra todo, aunque pensé ponerle un poco de morcilla, pero a última hora se me olvidó comprarla, pero creo que le hubiese ido también muy bien. He usado el arroz carnaroli de la marca Auchan, que lleva relativamente poco tiempo en las estanterías de Alcampo, pero lo venden a un precio muy competitivo (unos dos euros), y me decidí a probarlo. El resultado ha sido aceptable, pero es sólo una opinión, ya que yo habitualmente el que uso el arroz arborio y es del que tengo de referencia.
INGREDIENTES (para 2 personas):
Una medida de un vaso, menos un dedo, de arroz carnaroli o arborio
2 peras (las mías conferencia)
70 gr. de queso gorgonzola
1/4 de vaso de vino blanco
Caldo de pollo (un poco más dos vasos, aunque dependerá del arroz)
Media cebolla
Una cucharada de mantequilla
Queso parmesano o grana padano
Un poco de nuez moscada
Pimienta molida
Sal
PREPARACIÓN:
Calentamos una sartén con la mitad de la mantequilla, rehogamos la cebolla picadita, añadimos un poco de sal y cuando se haya pochado añadimos el arroz. Removemos hasta que veamos que cambia de color. Entonces añadimos el vino blanco y dejamos que hasta que se evapore el alcohol. El caldo lo tendremos caliente siempre, por lo que lo dejaremos en el fuego a baja temperatura para ir añadiendo de allí directamente, cazo a cazo, añadiendo el siguiente cuando el arroz haya absorbido el anterior (yo siempre tengo preparado un poco más de caldo del que aparece en la receta, porque dependerá del arroz que usemos la cantidad a usar).
Mientras vamos preparando el risotto, en otra sartén iremos estofando las peras picadas, con la mantequilla que nos quedaba, removiendo de vez en cuando para que se nos haga por todos lados.
Cuando el arroz esté en su punto, añadimos un poco de pimienta y nuez moscada, también la pera, dejando unos trozos para decorar los platos. También añadimos el queso gorgonzola troceado, y retiramos la sartén del fuego para que el queso se funda con el calor de la sartén. Servimos, añadiendo los trozos de pera que teníamos reservados, y con un poco de queso parmesano o grana padano. Podemos decorar con alguna hierba aromática. Aunque ya la mezcla de estos dos sabores es bastante pronunciada. Recordad que esta mezcla de ingredientes ya la hice en forma de salsa para acompañar un solomillo.
Pues con esta mezcla tan estupenda, que combina la dulzura de la pera con el queso os dejo, esperando que este lunes sea lo más llevadero posible.
Lidia.