Hoy os traigo una receta dulce sencilla como de costumbre, unos rollitos de hojaldre con canela. Se trata de esas recetas comodín para salir del paso cuando tienes una visita a media tarde y te apetece ofrecer algo con el café. La gente quedará encantada y sin necesidad de pasarte horas en la cocina. ¡Mejor no me enrollo más y os muestro cómo se hacen!
INGREDIENTES
Una base de masa de hojaldre fresca (podéis usar las congeladas también pero tendréis que acordaros de sacarla previamente)
3 cucharadas colmadas de azúcar moreno
1 cucharilla de canela
1 huevo batido
Lo primero que haremos será estirar la masa de hojaldre todo lo que podamos con la ayuda de un rodillo. Mezclaremos el azúcar y la canela en una taza o bol pequeño y espolvoreamos la superficie con 1/3 parte de la mezcla. Aplastamos un poco el azúcar contra la masa para que se pegue y doblamos por la mitad.
Volvemos a estirara la masa tanto como se pueda con el rodillo y repetimos el paso anterior con otra tercera parte de la mezcla. Repetimos este proceso una tercera vez terminando de esparcir el azúcar y la canela por la superficie (como en la foto superior).
Enrollaremos la masa a lo largo hasta obtener un "churro" alargado. Con un cuchillo liso iremos cortando los rollitos con una anchura de un poco menos de 2 cm, que queden más o menos todos igual de tamaño. Los disponemos en una bandeja de horno con un papel vegetal en la base, es importante que estén separados ya que luego crecen y no queremos que se nos peguen entre ellos. Pincelamos las superficies con huevo batido y horneamos durante 10-15 min a 210º (es preferible que sigáis las recomendaciones del fabricante de la masa). Cuando los rollitos estén dorados ya se pueden retirar del horno y los pasamos a enfriar a una rejilla.
¡Ahora sólo queda presumir de esta merienda tan apetecible a la vista como para el paladar!