El destino quiso que mi primera toma de contacto con las obleas de arroz fuera este.Vamos, el destino y el desastre que se formó cuando intente freírlas, aunque ya os adelanto, que no me di por vencida y al realizarlas una segunda vez, ya me quedaron bien fritas.
El caso es que tenía el relleno de unas berenjenas rellenas de pollo en vez de con carne picada (receta aquí) rondando por la nevera, porque me sobró el día anterior, y tenía que aprovecharlo de alguna manera porque en casa no tiramos nada, y menos algo tan rico
Simplemente lo utilice para rellenar estas obleas especiales de papel de arroz. Hay que hidratarlas metiéndolas en agua templada, lo justo para que cambien de rígidas a blanditas, es decir, meterlas y sacarlas rápidamente. Podemos el relleno en la mitad y cerramos el paquete enrollándolas.
Al no freírlas, se presentan así sin más con la salsa que dispongamos en ese momento o sin ella. Lo bueno es que no hay prisas de comerlas rápidamente porque no pierden el crujiente característico de las obleas fritas