Roscos de Semana Santa
Lo sé, estamos a Viernes Santo y estos roscos tenía que haberlos publicado antes, no pensaba hacerlos pero en el último momento me he dejado llevar por los recuerdos, ¿cómo privar a los míos de recetas y momentos tan ligados a mi niñez y las tradiciones propias de éstos días? ¡No he podido resistirme... otra vez a la porra mi dieta!
Al igual que las torrijas, los pestiños o el potaje con bacalao, los roscos fritos son dulces típicos ligados a la semana santa sobre todo andaluza, aunque no son exclusivos de esta época y están presentes en no pocas celebraciones durante todo el año.
Si hay algo que caracteriza a los dulces de cuaresma es la austeridad y la sencillez, harina, huevos y azúcar son los ingredientes principales de estos roscos que aromatizaremos a nuestro gusto, con naranja, limón, anís, incluso clavo o canela.
Las medidas de los ingredientes en esta ocasión os las voy a dar como lo hacían las abuelas, es decir, las proporciones van en función de los huevos, podía haberlos pesado pero me ha parecido mas entrañable hacerlo como lo hacía mi madre y como me enseñó a mi.
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INGREDIENTES
4 Huevos
12 Cucharadas soperas de azúcar
12 Cucharadas soperas de aceite oliva virgen previamente frito con una piel de naranja
12 Cucharadas de leche
Ralladura de una naranja
3 Cucharadas de anís seco
3 Sobres de gasificante
1 Sobre de levadura
900 g. Harina de repostería o la que admita
Azúcar para espolvorear
Aceite de oliva suave o girasol para freír los roscos
ELABORACION
Ponemos a fuego lento el aceite de oliva virgen con la piel de naranja para aromatizarlo, retiramos y dejamos enfriar.
En un bol ponemos los huevos con el azúcar y batimos hasta que blanquee la mezcla y doble el volumen.
Añadimos entonces el aceite aromatizado ya frío, la ralladura de naranja, la leche y continuamos batiendo hasta integrar todo el conjunto.
Añadimos los gasificantes y la levadura y removemos bien.
Tamizamos la harina y añadimos poco a poco sobre el bol sin dejar de remover hasta conseguir una masa blanda pero manipulable.
Volcamos sobre la encimera espolvoreada con harina y amasamos.
Guardamos la masa en un bol con un poco de aceite, tapamos y dejamos reposar 30 minutos.
Ponemos abundante aceite en un sartén y calentamos a fuego medio alto.
Cogemos porciones de masa del tamaño de una nuez, boleamos hasta terminar la masa.
Para hacer las roscos pegamos dos bolitas y con el dedo hacemos un agujero en el centro y extendemos para que queden abiertas.
Freímos a fuego medio alto hasta dorar.
Escurrimos y ponemos en una bandeja con papel de cocina.
Espolvoreamos con azúcar.
Espero que estéis disfrutando éstos días, y si os animáis a preparar éstos roscos espero que me lo comentéis, tan solo insistiros en que debéis tener cuidado al freírlos y hacerlo a fuego medio alto pero no al máximo para evitar que os salgan quemados por fuera y crudos por dentro.