Ingredientes:
2 huevos.
8 cucharadas colmadas de azúcar.
6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
10 cucharadas de leche.
Ralladura de un limón.
8 gramos de levadura tipo Royal.
El zumo de media naranja pequeña.
Harina la que admita (aproximadamente 500 gramos).
Para el baño y el rebozado:
El zumo de media naranja.
Medio vasito de agua.
Medio vasito de anís dulce.
Azúcar y canela.
Elaboración:
Colocamos en un bol los huevos, el azúcar, el aceite, la leche, el zumo de naranja y la ralladura de limón y batimos de forma manual.
Añadimos la levadura en polvo y volvemos a batir, esta vez con un batidor eléctrico a poca velocidad y apenas unos minutos para meter aire en la mezcla.
Vamos añadiendo la harina, poco a poco, y trabajando la masa. Nos debe quedar una masa ligeramente pegajosa pero manejable.
Una vez tengamos lista la masa, la dejamos reposar unos 30 minutos. Transcurrido ese tiempo formamos nuestros roscos. Para darle forma a los roscos debemos tomar un trozo de masa, estirarlo y aplanarlo. Seguidamente plegamos la masa sobre si misma y formamos el rollo (vigilando siempre que el pliegue quede hacia fuera).
Freímos los roscos en abundante aceite de oliva suave.
Una vez fritos, los pasamos por un papel absorbente para retirar el exceso de aceite y los sumergimos en la mezcla de agua, anís y zumo de naranja. Se trata solo de meterlos y sacarlos inmediatamente.
Seguidamente los rebozamos en una mezcla de azúcar y canela.
Yo además, del rebozado clásico hice algunos bañados en glasa (al estilo donuts). Para ello preparamos una glasa (calentamos 2 cucharadas de mantequilla con 3 cucharadas de agua. Una vez caliente le añadimos 7 cucharadas de azúcar glass y batimos hasta obtener una glasa blanca y brillante). Una vez fritos los bañamos en la glasa y los dejamos secar sobre una rejilla (los que van bañados en glasa, lógicamente no llevan el baño de anís ni tampoco van rebozados en azúcar y canela).
Y listos. Ya sólo nos queda disfrutar con este rico bocado.