Para empezar la semana quiero compartir con vosotr@s la salsa de tomate que suelo hacer en casa, es simple, sin nada especial.
Digo simple porque no lleva nada aromático, acostumbro a preparar una cantidad para luego conservarla y congelarla en diferentes porciones.
De esta manera me sirve posteriormente para utilizar en guisos, en pastas, carnes, arroces o pescados, o simplemente para mojar pan.
A partir de ahí añado luego el ingrediente que necesito, según el plato que vayamos a preparar.
He necesitado:
1 k de tomate tipo pera o bien de rama
Me gusta escoger tomates pera, bien rojos y maduros, aunque a veces los mezclo con los de rama, o la hago con los de rama.
1 cebolla grande de figueras, o cebolla normal, 2 dientes de ajo
Aceite de oliva, media cucharadita de sal y media cucharadita de azúcar.
Preparación:
En primer lugar pelar lo tomates, escaldándolos para que nos sea más fácil retitar la piel.
Tengo que decir que muchas veces no los pelo y la salsa también me queda muy bien.
Los cortamos a dados y retiramos las pepitas.
En una cazuela calentamos el aceite de oliva, y sofreímos la cebolla cortada y los ajos, unos cinco minutos, añadiremos los tomates, la sal y el azúcar. Cocinar durante unos 30 minutos a fuego lento, y dándole vueltas de vez en cuando. Estar al tanto que no se pegue el fondo, que sino amarga y nos fastidia la salsa.
Lo retiramos y trituramos, pasamos por el chino si quieres que quede más fino.
Por lo general no hago mucha cantidad, me gusta renovar.
Voy guardando botes de cristal de diferentes conservas, así que hay que lavarlos bien y prepararlos para llenar con la salsa, dejamos que se enfríe, los tapamos, los dejo boca abajo y al cabo de un rato ya están para guardar en la nevera si es de uso rápido o en el congelador.
A partir de aquí dependiendo del plato que cocinemos, la aromatizamos a nuestro gusto con las hierbas o añadimos el ingrediente que nos interese.
Pues esta es la salsa de tomate base que me gusta siempre tener en casa.
Feliz semana a tod@s y hasta la próxima!