Por su composición y los ingredientes con los que se prepara, este postre es para ser consumido fresco, aunque soporta un tiempo almacenado; una vez preparado, sin denotar imperfecciones en su sabor característico o su textura. Por esto, muchas personas deciden reservar el flan un tiempo ya sea para consumirlo en una ocasión especial, para obsequiarlo a alguien más o porque simplemente tienen demasiado de este producto y no pueden comerlo. Si estás pensando que se puede congelar el flan, ten en cuenta un par de cosas.
Los artículos preparados a base de lácteos tienen un punto de congelación más difícil de alcanzar que aquellos cuya composición conlleva cierta cantidad de agua, ya que la leche necesitan de una temperatura más baja para congelarse. Siendo así, debes saber que si pones el flan en un refrigerador que no esté demasiado frio, este no solo no se congelará, sino que la humedad dentro del freezer hará que el postre pierda su textura y se torne aguado, casi como un puré un poco desabrido.
Sin embargo, si quieres realizar una receta con flan congelado, la preparación cambia desde sus inicios, pues si agregas una mayor cantidad de huevo a la mezcla, para que así supere en concentración a la leche, este podrá ser congelado una vez el flan esté listo gracias al agua de la clara de huevo, lo que es ideal para helados hechos a base de este tipo de ingrediente.