Para quienes no lo saben, hablar de aceite de coco o de mantequilla de coco es básicamente lo mismo, todo depende de la temperatura a la que se encuentre. Por ejemplo, cuando la misma está a temperaturas bajas, bien sea que vivas en una cuidad fría, sea invierno o lo refrigeres, la grasa del coco se endurecerá, tomando el aspecto de una mantequilla blanca. Si por el contrario lo sometes a temperaturas altas, de más de 35 °C; el mismo se tornará líquido como un aceite color blanco traslúcido. Así que si lees en una receta como ingrediente aceite de coco o mantequilla de coco, es lo mismo.
Ahora vamos con la receta, que como todas las de la serie básicos, es bastante sencilla. Lo único que necesitarás será tu procesador de alimentos, si aún no tienes uno te recomiendo este de Kitchen Aid que es el que yo uso.
Ingredientes:
500 g de coco rallado deshidratado
Preparación:
Procesa el coco deshidratado en tu procesador de alimentos, al principio (los primeros quizás 20 minutos, parecerá que nunca va a suceder, que pierdes el tiempo, pero no es así, debes estar pendiente, parando de vez en cuando para retirar el coco de las paredes de tu procesador, ya que tenderá a pegarse a ellas y de esta manera el procesador no hará el trabajo deseado. Transcurrido ese tiempo, cuando comiences a ver que el proceso fluye solo, deja a tu procesador terminar el trabajo hasta que el coco tenga un aspecto líquido o muy cremoso (depende de a que temperatura ambiente te encuentres).
Una vez obtenida tu mantequilla o aceite de coco, guárdala en un recipiente cerrado a 25 °C ó temperaturas inferiores.