Sí os digo la verdad, en casa no somos muy soperos, las cosas como son. Somos más de tenedor que de cuchara, pero de vez en cuando cae alguna sopita rica y reconstituyente, como esta sopa de cebolla que he sacado de un libro que me auto regalé hace unos meses, El arte de la cocina francesa de Julia Child.
La primera vez que oí hablar de esta americana afincada en París fue en la pelicula Julie & Julia, y me quede intrigadisima y con unas ganas locas de tener un libro de ella. Cuando un día me tope con él en Amazon, fue directo a mi lista de deseos ( mi infinita lista de deseos), y un día decidí que ya era hora de tenerlo en mis manos.
Las recetas están muy bien explicadas, paso a paso, y aunque no tiene ni una sola foto, solo algún que otro grabado, creo que es un libro que merece la pena tenerlo en casa, porque explica con detalle los utensilios que vas a usar, la forma de cortar cada ingrediente... De momento solo he hecho una receta, pero os aseguro que haré muchas más.
Siempre que hago sopa de cebolla la hago en la olla expres, pocho primero la cebolla con la mantequilla y luego a la olla. Yo soy muy de olla rápida, la uso casi a diario, y me cuesta un poco hacer los guisos por el método tradicional. Yo voy a lo rápido, y la verdad es que suelo obtener muy buenos resultados. Pero en esta ocasión he seguido paso por paso las indicaciones de la receta y he cocinado a fuego lento, sin prisas y disfrutando de los aromas que desprendía.
La receta original lleva la cebolla entera, y así la tomamos mi marido y yo, pero a mis hijas se la pasé por la batidora porque así no la querían, y tengo que decir que estaba bien rica también.
El pan con el queso rallado y gratinado le da el punto y final al plato, para mi imprescindible además usar un pan especial, de miga densa.
Fuente: El arte de la cocina francesa de Julia Child, Louisette Bertholle y Simone Beck
Receta de sopa de cebolla
Ingredientes:
750 gr de cebolla en aros
60 gr de mantequilla
1 cucharada de aceite de oliva
1 cucharadita de sal
1/4 cucharadita de azúcar
3 cucharadas de harina
1 litro de caldo
1 litro de agua
1/2 vaso de vino blanco seco
3 cucharadas de coñac
Pan blanco tostado en rebanadas
1-2 tazas de queso gruyer, enmental o parmesano rallado
Sal y pimienta.
Preparación:
Cortar la cebolla en aros fino y poner en un cazo a fuego suave con la mantequilla y el aceite durante 15 minutos para que cueza.
Destapar la olla , poner a fuego moderando y añadir la sal y el azúcar. Mantener durante 30-40 minutos removiendo con frecuencia hasta que la cebolla tenga un color dorado intenso y uniforme. El azúcar que hemos añadido ayuda a dorar la cebolla.
Agregar la harina y remover durante 3 minutos.
Separar la olla del fuego y agregar el caldo y el agua hirviendo. Añadir el vino, la sal y la pimienta al gusto. Dejar que hierva durante 30-40 minutos con la olla medio tapada, y a fuego lento. Espumar de vez en cuando.
Antes de servir, añadir el coñac.
Ahora tenemos varias opciones:
* Se puede tostar el pan en el tostador, verter la sopa en cuencos individuales, colocar el pan encima, espolvorear con queso y gratinar en el horno.
* Tostar el pan con el queso por encima para que se gratine y luego colocar sobre la sopa.
Aunque la receta original es con la cebolla entera, nosotros también la hemos probado triturandola con la batidora, una vez que ya está cocinada, y la verdad es que nos gustó más.
Espero que os animéis con la receta.
Un beso