De la cena navideña que el escritor canadiense Robertson Davis describe en su novela Ángeles rebeldes ya hemos preparado en la Gastrocinemia la empanada de conejo y el gulyás hus(gulash, o goulash). Así que intentando cumplir con el propósito de ofrecer el menú completo, toca hoy el (aleatorio) turno del sorbete. Así lo cuenta Davis: "Después de la carpa, sorbet, pero no servido como postre y conclusión de la comida, sino solamente para engañar un poco al estómago, como dijo mamusia, antes de pasar al siguiente plato de enjundia." Eso es todo. Lo que, aparte de la originalidad de servir un sorbete entre dos platos, al no describirlo deja libre la imaginación para recrear el sorbete que se prefiera. Pero ¿qué es un sorbete? Pues según nuestra santa madre Wikipedia, "es un postre helado, que se diferencia del helado por no contener ingredientes grasos, además de no incluir yema de huevo." Y añade que "el ingrediente principal de un sorbete es el zumo de frutas, a veces un vino (sirve también el cava), algún aguardiente o licor (para proporcionar aroma) incluso a veces una infusión de hierbas (...)" Conque pertrechado con estas ideas generales empecé la investigación pertinente. Resultado: recomendar de inmediato la imprescindible Enciclopedia de Gastronomíadel maestro Pepe Iglesias, donde encontré una muy buena solución para hacer un sorbete manual: véanlo aquí. Y también ahí encontré la idea para este sorbete que les ofrezco, aprovechando además que estamos en temporada de uvas. Un detalle que simplifica su elaboración: no utilicé clara de huevo, así que el resultado es mucho más frutal, aparte de que el aroma del ribeiro le proporciona un toque muy agradable.
Ingredientes para cuatro personas
24 uvas blancas
24 uvas moradas
12 cubitos de ribeiro blanco
250 cl de vino de ribeiro blanco
4 uvas blancas para decorar
4 uvas moradas para decorar
Unas hojitas de menta para decorar
Lavamos, pelamos y quitamos las semillas de las uvas. Las colocamos en bandejas de las empleadas para hacer cubitos de hielo, a fin de que no queden pegadas entre sí al congelarse, y las ponemos en el congelador.
Llenamos con vino de ribeiro blanco otra bandeja de hacer cubitos de hielo y la ponemos también en el congelador.
Cuando nos pongamos a preparar los sorbetes (su preparación es muy rápida y sencilla: debe hacerse inmediatamente antes de servirlos) ponemos en un vaso de batidora las uvas congeladas y los cubitos de ribeiro y los trituramos hasta conseguir una crema con la consistencia que prefiramos.
Ponemos un fondo de ribeiro blanco muy frío en las copas, las rellenamos con la crema de las uvas, adornamos con las hojitas de menta y dos uvas y servimos.