La tarta que os traigo hoy es fácil de hacer como ninguna y maravillosamente delicada y deliciosa también como casi ninguna. El único inconveniente, si es que lo es, es que la tienes que montar en el último momento, justo antes de ir a comerla, pues de lo contrario las láminas de pasta brick se humedecerían y haría que la tarta no estuviese tan crujiente como debería. En cualquier caso, puedes tener todo perfectamente listo hasta el último momento y el montaje en sí es cuestión de poquísimos minutos.
Se hace con pocos ingredientes, obleas de pasta brick, nata montada (crema de leche), crema pastelera y algunas almendras para decorar y sin embargo el resultado es éxito asegurado y te aseguro que triunfarás donde la lleves.
Podéis ver la receta entera en el blog de Recetags, ya que me pidieron hacer un guest-post de esta receta en cocreto porque la tarta tiene un significado especial para ellos.
Espero que os guste y os animéis a hacerla y entonces comprobaréis por vosotros mismos lo maravilloso de esta sencillísima tarta.