¡Y este año me han traído el 33! La edad de Cristo, de adulta y de todo lo que queráis pero, como le decía hoy a una amiga, ¡sigo sintiéndome como si tuviera 18! Pese a que los niños ya me llamen señora jaja. Que trauma fue la primera vez que un niño me lo dijo en el metro... Y encima fue justo cuando cumplí los 30, casi me da algo jaja.
En fin, que me voy del tema... Al ser un cumpleaños no podía faltar una tarta y como no me decía por una nueva receta para probar, al final me decanté por repetir una que no os había enseñado aún: el pastel de chocolate y café que preparé para el 50 cumpleaños de mi madre.
Y menos mal que me decidí por esta, por que tengo el don de pifiarla cuando la tarta en cuestión es para mi. Cuando la preparo para el resto de la gente suele quedarme bastante decente, pero cuando es para mi... ejem, el don de la estética parece abandonarme jajaja. Mi idea era repetir una versión un poquito más pequeña de esta:
Y el resultado quedó con tan poca gracia que paso de poneros fotos jaja eso sí, no os puedo negar que la tarta quedó riquísima.
La combinación de chocolate y café siempre está deliciosa y el toque del mascarpone le da un poco de ligereza. Vamos, que para mi es una de las tartas ideales para celebrar un cumpleaños y quien la ha probado ha acabado dándome la razón jeje.
Y vosotros ¿habéis sido buenos y los reyes magos han pasado por vuestra casa? ¡Contadnos cositas! :)
Ingredientes
280 gr. de harina
250 gr. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
220 gr. de azúcar moreno
150 gr. de azúcar blanca
4 huevos grandes a temperatura ambiente
75 gr. de chocolate fondant
50 gr. de chocolate negro 60% de cacao para postres
1 cucharada pequeña de extracto de vainilla
250 ml. de leche a temperatura ambiente y una cucharada sopera de zumo de limón (o buttermilk)
1 cucharadita bicarbonato sódico
1/4 cucharadita sal
Ingredientes para el relleno y la cobertura
100 gr. de chocolate fondant
75 ml. de nata (crema de leche)
500 gr. de mascarpone
4 cucharadas soperas de azúcar glass
1 cucharada pequeña de café soluble
Agua
Sprinkles para decorar
Preparación del bizcocho
Si no tienes buttermilk puedes preparar algo similar mezclando 250 ml. de leche a temperatura ambiente y una cucharada sopera de zumo de limón o vinagre. Remueve bien para que se mezcle y déjalo reposar mientras preparas el resto de los ingredientes. En unos 10-15 minutos tendrías que ver que comienza a espesar.
En un bol tamiza la harina, la sal y el bicarbonato y reserva. Por último derrite la mezcla de los dos chocolates en el microondas o al baño maría y reserva también. Recuerda que si lo haces en el microondas tendrá que ser a intervalos de 15 - 30 segundos para que no se queme.
Pon a precalentar el horno a 180ºC, calor arriba y abajo, engrasa el molde donde lo vayas a hornear con un poco de mantequilla y harina y ya podemos comenzar a preparar la masa :).
Corta la mantequilla a dados y mézclala con los dos azúcares hasta que sea una masa homogénea, espesa y sin grumos.
Añade los huevos uno a uno, esperando a que se incorpore bien a la masa el primero para añadir el siguiente. Cuando hayas añadido todos los huevos, vierte la cucharada de vainilla y bate un minuto para que se mezcle. Continúa vertiendo todo el chocolate derretido que tenías reservado y sigue batiendo hasta que la masa tenga un color homogéneo.
Divide la mezcla de la harina, sal y bicarbonato en tres partes y añádelas a la masa intercalando entre ellas el buttermilk y, al igual que con los huevos, no añadas la siguiente tanda hasta que no esté totalmente incorporado a la masa. Es decir, comienzas con los ingredientes secos, añades la mitad del buttermilk, otra vez los secos, la otra mitad del butermilk y por último el resto de los ingredientes secos. Bate todo hasta que tengas una masa esponjosa y homogénea.
Pesa la masa y repártela en dos para que te salgan los bizcochos con la misma medida. Puedes usar dos moldes iguales o hacerlo en dos tandas. Alisa la parte superior de la masa con una espátula para que suba lo más recto posible.
Mételo en el horno entre 30 - 50 minutos, hasta que pinches la masa con un palillo y éste salga limpio. Nunca abras el horno antes de los 30 minutos ya que lo más probable es que el bizcocho se hunda.
Deja enfriar los moldes sobre una rejilla durante 15 minutos y, pasado este tiempo, desmóldalos y deja que los bizcochos se enfríen por completo sobre la rejilla.
Cuando ya estén completamente fríos, envuelve cada bizcocho en papel film y mételos en el frigorífico toda la noche. Te recomiendo que no te saltes este paso por que el bizcocho queda mucho más compacto y manejable lo que te ayudará a que no se rompa.
Preparación del relleno
Calienta en un vaso un dedo de agua y añade una cucharada pequeña de café soluble. Remueve hasta que se disuelva por completo y reserva.
Bate el queso mascarpone junto con el azúcar glass y sin dejar de batir ves añadiendo cucharadas pequeñas de café hasta que consigas el sabor que más te guste. Yo esta vez le añadí unas seis. Puedes añadir un poco más de azúcar glass si lo quieres más dulce.
Si no lo vas a usar de inmediato, guárdalo bien tapado en la nevera.
Preparación de la tarta
Corta los dos bizcochos por la mitad, intentando que cada parte te quede con la misma altura. Si hiciera falta elimina la parte superior para que sean lo más rectos posible, ya que te ayudará mucho a la hora de montarlo. Reserva.
En el centro de la bandeja donde lo vayas a presentar coloca un poquito de relleno en el centro y el primer bizcocho encima, así no se moverá. Cubre el resto de la bandeja que queda libre con papel de hornear para que no se ensucie.
Antes de colocar el relleno puedes mojar los bizcochos con un poco de almibar. Yo esta vez este paso me lo salté por que quedaron muy jugosos y no quise añadirle más azúcar.
Reparte el relleno en tres partes iguales, coloca una de ellas sobre el primer bizcocho y extiéndelo hasta cubrir toda la superficie del bizcocho. Ves intercalando bizcocho y relleno hasta acabar con todos los ingredientes.
Para terminar, derrite el chocolate restante con la nata (crema de leche) y viértelo por la parte superior del bizcocho. Puedes acabar adornándolo con sprinkles o frutos secos.
Y aquí me podéis ver concentradísima soplando las velas de mi tarta con poca gracia jeje.