No podía alargar más tiempo la espera de compartir con todos vosotros esta maravilla de Naked Cake. Me rechifla ese aspecto rústico pero cuidado a la vez, y además he de reconocer que llevaba muchísimo tiempo con ganas de probar esta combinación de bizcocho y cheesecake en un mismo bocado. Me lo imaginaba muy sedoso en boca, y sí, así ha sido! Y encima con todo chocolate, os aseguro que no se puede pedir más! Sus tiempos de preparación os aseguro que valen mucho la pena porque es, para mi, una de las mejores tartas de chocolate que he comido en tiempo.
TARTA DE CHOCOLATE Y CHEESECAKE
*Molde redondo 15cm. Cantidad 8-10 porciones.
INGREDIENTES para el bizcocho de chocolate:
125g mantequilla
200g azúcar
2 huevos L
80g cacao en polvo
180g harina
120ml buttermilk (110ml leche y 10ml vino blanco)
60ml agua caliente
50g chocolate negro 70%
1 cucharadita de vainilla en pasta
1 cucharadita de levadura en polvo
1/4 cucharadita de sal
1 cucharadita de bicarbonato sódico
PREPARACIÓN del bizcocho de chocolate:
Precalentamos el horno a 170º con calor arriba y abajo. Engrasamos nuestro molde con spray desmoldante o mantequilla.
Antes de empezar con la receta, dejamos todos los ingredientes a temperatura ambiente. En el caso de la mantequilla, es necesario que adquiera una textura pomada (cuando al presionarla ligeramente con el dedo queda la huella marcada). Por otro lado, troceamos el chocolate negro 70% para aportar un toque crujiente y intenso a nuestro bizcocho (tamaño aproximado de un chip corriente). También preparamos el buttermilk mezclando la leche con el vino blanco y dejamos reposar durante unos 10 minutos hasta que la mezcla adquiera un aspecto cortado, con grumos.
En un bol aparte, juntamos la harina, la levadura, la sal, el bicarbonato y el cacao en polvo. Tamizamos y reservamos para uso posterior.
Empezamos a elaborar la receta de nuestro bizcocho de chocolate: batimos la mantequilla y el azúcar aumentando la velocidad progresivamente. Debemos mezclar hasta que estos dos ingredientes se unan y se vuelvan cremosos y con un tono más blanquecino.
Añadimos los huevos, uno a uno, batiendo hasta que espumen y aporten aire a nuestra masa.
Incorporamos la vainilla y seguimos mezclando a velocidad alta hasta que se integre por completo.
Ahora, cogemos la mitad de la mezcla tamizada de harina, levadura, sal, bicarbonato y cacao y lo incorporamos a nuestra masa de bizcocho. Debemos hacerlo o bien a la velocidad mínima de nuestra batidora o bien con una espátula de mano, realizando movimientos envolventes. Mezclamos lo justo para que no queden grumos y esté bien integrado.
Añadimos la buttermilk y seguimos mezclando suavemente. Nuestra masa se verá cremosa y untuosa.
Incorporamos la segunda mitad de la mezcla tamizada de harina, levadura, sal, bicarbonato y cacao. Mezclamos, de nuevo, como os he comentado hasta ahora, lo justo para integrarse.
Calentamos ligeramente el agua con ayuda del microondas, sin que llegue a hervir y, después de dejarla reposar un minuto, la incorporamos a la masa de nuestro bizcocho. Con una espátula de mano, realizamos movimientos envolventes para que se mezcle y se reparta bien por toda la masa, la cual será muy cremosa y con un intenso olor a chocolate.
Por último, pasamos nuestros trozos de chocolate negro por un poco de harina y añadimos a la masa. Repartimos bien, mezclando suavemente.
Rellenamos nuestro molde con la masa y horneamos durante 60 minutos, hasta que al pinchar el bizcocho con un palillo, éste sale limpio y seco. Como os comento muchas veces, cada horno es un mundo así que a partir de los 45 minutos debéis estar atentos e ir comprobando si el bizcocho está listo o necesita más horneado.
Pasado este tiempo, retiramos del horno y dejamos enfriar 10 minutos encima de una rejilla, aún sin desmoldar. Después, sacamos del molde y dejamos enfriar por completo encima de la rejilla.
Cuando esté a temperatura ambiente, y con ayuda de una lira o bien de un cuchillo, cortamos el posible copete que nos haya salido (no lo tiramos ya que con esta masa elaboraremos rocas de chocolate como decoración de nuestra tarta). También cortamos el bizcocho por la mitad, dónde pondremos el relleno de cheesecake de chocolate.
INGREDIENTES para el cheesecake de chocolate sin horno:
150g chocolate negro 70%
150ml nata (crema de leche) líquida para montar
150g queso crema tipo philadelphia
25g azúcar
1 sobre de cuajada en polvo
PREPARACIÓN del cheesecake de chocolate sin horno:
Derretimos el chocolate negro al baño María, con mucho cuidado de que no entre agua ni se nos queme. Cuando esté listo, lo dejamos atemperar ligeramente, realizando movimientos suaves y circulares con una espátula. El objetivo es que el chocolate baje su temperatura pero siga manteniendo la textura conseguida al derretirlo, no queremos que se solidifique de nuevo.
De mientras, en un bol a parte, montamos 120ml de nata (crema de leche) líquida con el azúcar y reservamos en la nevera.
Con el chocolate ya a temperatura ambiente y derretido, cogemos el bol de nuestra batidora y lo juntamos con el queso crema. Batimos a velocidad baja y con la pala, no con las varillas, hasta que los dos ingredientes estén integrados y tengan una textura cremosa.
En un vaso pequeño, calentamos ligeramente los 30ml de nata (crema de leche) líquida restante. Le añadimos la cuajada en polvo, removemos y dejamos unos segundos a temperatura ambiente. Entonces, lo incorporamos a la mezcla de nuestra batidora y volvemos a batir.
Por último, añadimos la nata (crema de leche) previamente montada, con ayuda de una espátula de mano y realizando movimientos envolventes. Ésta aportará más aireado y una textura más mousse a nuestro cheesecake de chocolate.
Ahora procedemos a incorporar este relleno de cheesecake a nuestro bizcocho de chocolate. Para ello, necesitamos el molde en el que hemos horneado nuestra tarta. Cubrimos los laterales de este molde con papel de horno, lo más liso posible. Y en la base colocamos una de las dos plantas de bizcocho de chocolate.
Con ayuda de una espátula y con mucho cuidado, vertemos el cheesecake de chocolate encima de esta planta de bizcocho de chocolate. Alisamos bien la superficie con la espátula y metemos en la nevera.
Cuando haya cuajado un poco (pasada al menos 1 hora), colocamos con cuidado la otra planta de bizcocho de chocolate encima del cheesecake. Presionamos ligeramente y volvemos a meter en la nevera durante al menos 6 horas (yo prefiero dejarlo toda la noche).
Al día siguiente ya podemos desmoldar de nuevo nuestra tarta. Retiramos también el papel de horno y, si hace falta, aplanamos con un cuchillo o una espátula el relleno de cheesecake para que quede lo más liso posible. Reservamos en la nevera.
INGREDIENTES para la cobertura de ganache y trufa de chocolate:
120g chocolate negro 82%
120ml nata (crema de leche) líquida para montar
2 cucharadas de azúcar
PREPARACIÓN de la cobertura de ganache, cordón de trufa de chocolate y rocas de chocolate:
Con la elaboración de la ganache, realizaremos el goteo (drip) de chocolate, un cordón de trufa y unas rocas de chocolate.
Empezamos calentando la nata (crema de leche) a fuego medio en un cazo. Cuando llegue a ebullición retiramos del fuego e incorporamos el chocolate negro troceado y el azúcar. Removemos ligeramente para que se vaya deshaciendo e incorporando todo por completo.
Dejamos unos minutos a temperatura ambiente hasta que esté más templado y, entonces, cuando aún tenga una textura bastante líquida, procedemos a elaborar el goteo (drip). Para ello, cogemos una cucharilla de café y vamos extendiendo una capa de ganache encima de nuestra tarta. Con la punta de la cuchara acompañamos la ganache hacia los bordes, haciendo que caigan las gotas por los laterales de nuestra tarta. Metemos en la nevera.
Por otra parte, retomamos el copete de bizcocho de chocolate que hemos cortado anteriormente y lo convertimos en dados pequeños. Éstos los sumergimos en la ganache de chocolate (aún líquida) y los pasamos a un plato cubierto con papel de horno. Dejamos endurecer y luego espolvoreamos con cacao en polvo.
Por último, elaboramos el cordón de trufa de chocolate. La única condición necesaria es haber dejado nuestra ganache de chocolate (lo que nos ha sobrado después de hacer el goteo y las rocas de chocolate) dentro de la nevera hasta que ha tomado una textura más densa. En ese momento, pasamos a un bol y montamos con unas varillas, como si de nata (crema de leche) se tratase.
Pasamos nuestra trufa a una manga pastelera con una boquilla de estrella abierta pequeña y realizamos la decoración deseada.
En el centro de nuestro cordón de trufa colocamos las rocas de chocolate negro y listo!
Reservamos la tarta en la nevera y dejamos a temperatura ambiente unos 20 minutos antes de su consumo.
Antes de que penséis que es una bomba, sí, lo es, pero no nos merecemos un capricho después de toda la semana trabajando? Rotundamente sí! Os lo repito pero... debéis probarla para descubrir lo maravillosa que es! Os espero en la cocina y por aquí para resolver vuestras dudas.
Besoooootes,
Ainhoa.