El pasado 31 de julio fue el cumple de mi hija mayor, cumplió 18 años. Ya es mayor de edad y todavía no me lo creo, como pasa el tiempo... en mi mente todavía la veo jugando en el parque, me veo sentada con ella en la mesa del comedor ayudándola con los deberes, preparando el cola - cao por la mañana y la bolsa con el desayuno para cole,... y ya es una mujercita. Se ha hecho mayor, pero sigue siendo mi pequeña, mi pequeña preciosa.
Al tener el cumple en verano, siempre nos ha costado reunir a sus amigos para la fiesta. Los niños y muchos papis están de vacaciones, se van fuera a ver a los abuelos, la familia o de vacaciones. Y siempre hemos hecho varias fiestas, una para los amigos que están, otra para los que vuelven. Una para los amigos de clase, otra para sus amigos del barrio. Así la mimábamos a mi hija... y la seguimos mimando, con la edad que tiene. Creo que esto nos pasa a la mayoría de los padres, por muchos años que cumplan siguen siendo nuestros pequeños.
La tarta para el cumple de mi hija cada año tiene que ser diferente y sobre todo como a ella le guste. Después de debatir mucho sobre como le gustaría que fuese este año, teníamos claro que debía de ser elaborada con cookies y dulce de leche, y que el dulce de leche y las cookies se tenían que notar en la receta. Estos dos ingredientes no podían acompañar el resto de los ingredientes, sino dominar sobre ellos.
Las cookies son las galletas preferidas de mi hija y el dulce de leche le encanta, así que había que inventar una receta que le gustase.
Le di mucha vuelta al tema y lo que se me ocurrió es hacer una tarta con bizcochos de cookies, a los que he añadido chips de chocolate (para potenciar ese toque de los trocitos de chocolate que llevan las cookies), y una sencilla y deliciosa crema de dulce de leche (ya que está hecha solo con dos ingredientes mantequilla y dulce de leche).
Veréis, quise preparar una crema con mascarpone y dulce de leche, luego una crema pastelera con dulce de leche y otras variantes de cremas que se me ocurrían y encontraba en Internet, pero por la cantidad de dulce de leche que llevaban me daba la sensación de que poco se iba a notar ese sabor característico del dulce de leche. Así que al final opté por una crema sencilla pero muy resultona, que no es nada dulzona, que tiene una textura muy suave y más fácil para prepararla imposible.
Como las cookies iban a perder esa textura crujiente en los bizcochos, lo que se me ocurrió es cubrir la tarta con una swiss meringue buttercream de cookies (crema de mantequilla de merengue suizo y cookies). Como la buttercream (crema de mantequilla) tiene poca humedad, la textura crujiente de las galletas se mantiene intacta, por lo menos por un día, así que perfecto.
Y por supuesto la decoración final, más cookies, discos de chocolate y glaseado de dulce de leche. Con todo esto bajo mi punto de vista, el objetivo estaba conseguido.
Hice dos tartas casi iguales, una para el día de su cumple, que llevamos en el restaurante (bueno restaurante - discoteca) donde celebró el cumple con sus amigos (que podéis ver en unas imágenes más abajo, que por cierto hice en un par de minutos, porque no tenía más tiempo), y la otra para casa, para la familia (es la tarta que estáis viendo en estas imágenes).
Una de las tartas (la que iba al restaurante) la decoré con swiss meringue buttercream de vainilla, cual coloree con colorante de color azul suave, ya que mi hija quería que la tarta fuese de color pastel (rosa o azul). Si le añadía las galletas no se iba a poder conseguir ese tono azul pastel, ya que las galletas colorean la crema de color cacao y los tonos rosas o azules suaves son imposibles de conseguir.
La que hice para casa la preparé en 3 moldes de 18 cm y para el restaurante en 3 de 20 cm. Mi hija me dijo que la tarta sobre todo no fuese muy alta, para que se pudiera cortar con facilidad. Pues eran 15 niños, más mi hija. Aunque hice el cálculo, tenía miedo si se iban a poder cortar 16 trozos, pues cortaron 16 más 2 trozos para nosotros los padres, y quedaron más dos para los camareros, para que la probasen. Así que ya veis si la preparáis en moldes de 20 cm os salen unos 18 - 20 trozos majos.
A los niños les encantó la tarta, espero que a vosotros también. Anotar sobre todo la receta de los bizcochos, la masa es una delicia. La preparé con leche para aportarle jugosidad a los bizcochos y azúcar moreno para aportarle ese sabor como a azúcar tostado o a melaza, que recuerda al sabor de las cookies, y quedaron unos bizcochos muy suaves y jugosos. Son ideales y para comerlos así con un vasito de leche, para las meriendas, y lo más importante saben a cookies. Cuando se hornea la masa desprende un olor a cookies estupendo.
Si no os gusta el dulce de leche podéis rellenar la tarta con la crema que a vosotros más os guste. Incluso rellenarla y cubrirla con la swiss meringue buttercream de cookies, eso si, tenéis que preparar más cantidad de la indicada en la receta.
La crema de dulce de leche es una maravilla para cubrir cupcakes también, como si fuera frosting. Lo único que a temperatura ambiente se ablanda, así que si hacéis unos cupcakes con esta crema los tenéis que guardar si o si en la nevera. Y la crema para poder trabajarla con la manga pastelera, previamente la tenéis que enfriar en la nevera.
No os voy a decir nada más, creo que ha quedado bastante claro como es de sabor esta tarta, os diré sólo que os animéis a prepararla y me contéis que os ha parecido.
Utensilios necesarios:
Tamiz, rodillo, batidora eléctrica de dos varillas o de pie, báscula de alimentos, jarra mediadora, cucharas mediadoras, papel de horno y tres moldes para Layer Cake de 18 cm o 20 cm de diámetro.
Aunque os pueda parecer que está tarta es bastante laboriosa, os aseguró que para nada.
Es una tarta quizá algo empalagosa, pero para un cumpleaños es perfecta.
Un abrazo y hasta la próxima !!!!!
Besos!
Bljana