Ahora que las fruterías están llenas de cajas de fresas, rojas, brillantes y preciosas, es el momento de llevarlas a casa y comerlas hasta hartarnos.
Sin peros. Todo lo que podamos decir de sus virtudes es más que conocido pero es que además son muy fáciles de preparar en cualquier postre, merienda o desayuno.
Solas, con azúcar, con nata (crema de leche), con zumo de naranja, en crudo, cocinadas en mermeladas, acompañando a otras frutas, en culís. Es una lista prácticamente interminable.
Tenía en mente dedicarles una entrada con una tarta de esas que tienen una imagen preciosa, de pastelería. Sin embargo, este fin de semana me vi un poco apurada de tiempo y decidí versionar una tarta que vi hace poco en un programa de cocina. Parece que pueda llevar mucho tiempo pero puedo asegurar que con el horneado, dejando enfriar el bizcocho y montando nata (crema de leche) y merengue y por último lavando y cortando las fresas no tardé tanto. Empecé el domingo por la mañana, dejé que enfriase sobre una rejilla y las fresas ya lavadas y troceadas. Mientras, salimos a dar una vuelta y antes de sentarnos a la mesa a comer monté la nata (crema de leche) y la tarta quedó lista en pocos minutos.
Ingredientes:
500 grs. de fresas.
Para el bizcocho
1/2 taza de aceite de girasol
1/2 taza de azúcar
3 yemas de huevos XL
Ralladura de limón
1/2 cucharadita de extracto de vainilla.
1/3 taza de leche
1 y 1/4 de taza de harina
1 y 1/2 cucharadita de levadura
1/4 cucharadita de sal
Para el merengue:
3 claras de huevos XL
1/2 taza de azúcar
Para la nata (crema de leche):
500 ml de nata (crema de leche) de montar 35 % m.g.
Azúcar (al gusto)
Elaboración:
Preparamos como siempre, todos los ingredientes y utensilios. Cuidamos de tener los huevos y la leche a temperatura ambiente.
Vamos a hacer todo el proceso de la masa del bizcocho a mano con una varilla.
Batimos las yemas, el aceite y el azúcar. Una vez integrado añadimos la ralladura de limón, la vainilla y la leche.
Tamizamos la harina junto con la levadura y la sal y lo echamos de una sola vez sobre la primera mezcla, integramos todo y reservamos.
Con la varilla eléctrica montamos las claras, cuando este proceso esté más o menos a la mitad le vamos añadiendo el azúcar hasta obtener un merengue francés.
Forramos un molde con papel de hornear y engrasamos para que no se pegue nada.
Primero ponemos la masa de bizcocho, estiramos y alisamos bien, para que tenga una altura uniforme por todas partes. Después, sobre esta masa ponemos el merengue, también estirado y liso, que quede plano.
Llevamos al horno precalentado a 180ºC durante aproximadamente 40 minutos. Veremos que comienza a tomar color el merengue y pinchamos para ver si el bizcocho está bien hecho. Si el palillo sale limpio, apagamos el horno y dejamos que enfríe nuestra base de la tarta, ya sin molde, sobre una rejilla.
De mientras, lavamos y cortamos las fresas a lo largo y en trozos gruesos.
Montamos la nata (crema de leche) con la cantidad de azúcar que queramos, aquí cada cual es libre de elegir lo dulce que lo quiera.
Una vez frío el bizcocho, lo dividimos en dos mitades iguales.
Ponemos una de ellas sobre la bandeja en la que vamos a servirlo y le añadimos la mitad de la nata (crema de leche), sobre ésta, parte de las fresas asomando por las orillas. Colocamos encima la otra mitad de bizcocho con el resto de la nata (crema de leche) y en lo alto las fresas que nos quedan.
Fuente: La cocina fácil de Anna Olson.
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