Dedicación : 20. minutos
Cantidad: 6 – 8 porciones
Ingredientes
700 ml nata (crema de leche) para montar = crema para batir = heavy whipping cream
90 g de azúcar
100 ml café expreso
90 g queso crema tipo Philadelphia
30 galletas maría hojaldradas
frutos rojos (opcional)
Molde desmontable de 20 cm
Preparación
Comenzamos haciendo el café expreso y lo dejamos enfriar. Dejaremos enfriar en la nevera, el bol en el que batiremos la nata (crema de leche) en la nevera. Preparamos también el molde en el que haremos la tarta. Utilizaremos un molde desmontable sin la base, o un aro y lo colocaremos directamente sobre la fuente en la que lo vamos a servir. Para desmoldarlo mejor podemos cubrir el lateral con una tira de acetato o papel de horno (papel vegetal).
Para preparar la crema de café, vertemos en el bol frío la nata (crema de leche), que también debe estar bien fría. A continuación batimos hasta que comience a hacer dibujo. En ese punto añadimos el queso fresco, lo integramos, y añadimos el azúcar poco a poco, sin parar de batir. Seguiremos batiendo hasta que la nata (crema de leche) esté bien montada. En ese momento añadimos poco a poco el café frío y mezclaremos unos segundos hasta que se integre. Una vez hecha la crema de café, la podemos verter en una manga pastelera para dosificarla mejor. Le haremos un corte en la punta par que quede un agujero de un centímetro.
El siguiente paso es el montaje de la tarta. Comenzaremos haciendo una base de galletas, colocando una en el centro y el resto a su alrededor, cuidando de que no toquen el aro del molde. Para que no se muevan, podemos poner un pegote de crema en la base de la galleta. A continuación repartimos una cantidad de crema, comenzando por los bordes, tapando los agujeros y cubrimos con una capa del mismo grosor que la galleta. Alisamos con una cuchara o espátula. Con la manga pastelera, repartir la crema de café, será mucho más fácil. Con ayuda de un colador, esparcimos un poco de cacao sobre la superficie. Repetimos la operación con otras tres capas intercalando capa de galleta con capa de crema y capa de cacao. La última capa que será de nata (crema de leche), la alisaremos lo máximo que podamos y esparcimos una capa de cacao por toda la superficie. Podemos ayudarnos de papel de cocina o un paño, para no espolvorear fuera de la tarta. Tapamos con un recipiente que no toque la superficie de la tarta y enfriamos en la nevera un mínimo de 5 horas…
Decoración: Pasado el tiempo de refrigeración en la nevera, desmoldamos la tarta, quitando con cuidado el aro y el acetato. Repasamos si hay alguna imperfección y terminamos la decoración con unos frutos rojos, o directamente la presentamos así.
Consejos y trucos para hacer la tarta de galleta y crema de café
Para hacer esta tarta utilizamos galletas tipo maría hojaldradas, que se diferencian de las maría normales en que son más gruesas y hacen el efecto de bizcocho. Al reposar en la nevera absorben parte de la humedad de la crema y quedan blandas y esponjosas. Yo he utilizado las de la marca “Cuétara”, si no las encontráis puedes utilizar unas que hagan ese efecto. Si utilizas las maría clásicas, necesitarás hacer más capas.
Para hacer esta tarta utilizamos nata (crema de leche) para montar, que contiene un mínimo del 30 % de M.G. (materia grasa). Se la conoce también como crema de leche, crema para batir, crema para chantillí, heavy whipping cream. Para montarla tanto el bol como la nata (crema de leche) deben estar bien fríos. El tiempo de montaje depende de la batidora que se utilice y, por supuesto, de la cantidad que se monte.
El queso crema que utilizamos hace la función de sostener la tarta y ayuda a que quede más firme la crema de café.
Debemos añadir el café expreso cuando haya enfriado. Podemos utilizar cualquier variedad, cuanto más concentrado esté, mas sabor aportará a la tarta. También se puede añadir algún licor, si la tarta no la van a tomar los niños.
Conservaremos esta tarta de galleta y crema de café en el frigorífico, tapada con un recipiente que no la toque, para evitar que se dañe. Estará disponible, para disfrutar bien fresquita en cualquier momento. Tenemos la posibilidad también de congelarla, bien protegida y descongelarla tranquilamente en la nevera. En ese caso habría que congelarla una hora y después cubrirla con film plástico, con varias capas, para protegerla del olor del congelador. No esparciríamos el cacao hasta que estuviese descongelada.