¡Hola y feliz fin de semana!
Se acerca San Valentín y aunque en el blog hay muchas recetas aptas para la ocasión, como podéis ver en este recopilatorio que os he preparado, quería traeros algo nuevo y especial.
En concreto, es una tarta tipo americana ("naked cake") compuesta de bizcochos horneados en moldes separados para asegurar su jugosidad, y rellenos de una crema.
La combinación de limón, frambuesa y queso es una de mis preferidas para este tipo de tartas, me parece deliciosa. Una vez has probado una cucharada, no quieres parar de comer.
Hacía mucho que no os traía una tarta de este tipo y, aunque yo prefiero las tartas tipo mousse, me gusta que cada uno podáis encontrar recetas a vuestro gusto.
A continuación, os dejo con el desglose de los utensilios, ingredientes, preparación y trucos necesarios:
Cantidad: 3 moldes de 20cm de diámetro por 35 de alto o solo 1 molde de 20 cm(unas 15 personas).
Tiempo: unas 2 horas.
La tarta, tal y cómo se ve en la foto, se compone de: bizcocho de limón, crema de queso de limón y mermelada de frambuesa.
Utensilios
Báscula
Batidora de varillas eléctrica o amasadora.
3 moldes desmontables 20 cm o, un molde alto de 20 cm.
Papel de horno.
Spray desmoldable, aceite de oliva o mantequilla derretida.
Rallador
Mangas de 30 y 40 cm.
Boquilla rizada.
Colorantes.
Espátulas de silicona
Rejilla para enfriar bizcochos
Os recomiendo un termómetro de horno para comprobar que está a la temperatura correcta. El mío me costó 5.
ELABORACIÓN
La víspera, preparamos el azúcar aromatizado, para que se impregne bien del aroma del limón. 350 gr de azúcar blanco
La ralladura de dos limones
Mezclamos el azúcar con la ralladura y dejamos reposar toda la noche.
15 minutos antes de empezar con el bizcocho, preparamos el buttermilk
1 cucharada de zumo limón por cada 250 gr de leche entera
Añadimos el zumo a la leche sin remover y esperamos a que la mezcla tenga una consistencia cortada o de yogur muy líquido. Entonces, removemos y la usamos.
EL BIZCOCHO DE LIMÓN
110 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
350 gr de azúcar blanco o Caster
325 gr de harina
4 cucharaditas de levadura química o polvo de hornear
325 ml de buttermilk (/suero de mantequilla)
3 huevos L
Corazones de azúcar para uno de los bizcochos
Precalentamos el horno a 170ºC, con calor arriba y abajo sin ventilador y la rejilla dispuesta a media altura.
Engrasamos el molde y colocamos papel de horno en el fondo.
En un bol, ponemos la mantequilla, el azúcar aromatizado y la mezcla tamizada de harina y levadura. Mezclamos, preferiblemente con unas varillas eléctricas o la pala de la amasadora (aunque también podéis intentarlo a mano) hasta conseguir una consistencia arenosa.
A parte, mezclamos el buttermilk con los huevos y añadimos esta mezcla a la anterior, poco a poco, hasta que se integre bien y la masa quede lisa y homogénea.
Ahora llenamos los moldes de forma equitativa. Yo utilizo una cuchara de helado que lleno solo hasta el borde cada vez y cuento las cucharadas que echo en cada molde. Así consigo bizcochos de idéntico grosor.
Los corazones: para conseguir el efecto de la foto, antes de llenar uno de los moldes, echamos unos cuantos corazones. También se podría usar una plantilla y masa teñida de rojo.
Si solo usáis un molde, hornead en dos veces, primero 2/3 de la masa y, luego, el resto.
Horneamos de 25 a 30 minutos o hasta que el bizcocho esté firme al tacto y, al hundir suavemente la superficie con el dedo, esta vuelva a hincharse.
Fuera del horno, lo dejamos templar durante unos 5 minutos dentro del molde y, luego, lo colocamos boca abajo sobre una rejilla. Esperamos otros cinco minutos y desmoldamos.
Un inciso: en este punto, lo que suelo hacer con este tipo de pasteles, los layer cake, es esperar a que los bizcochos se enfríen, embalarlos con papel film y dejarlos reposar toda la noche a temperatura ambiente para que la miga se asiente y sea más fácil cubrir los laterales con crema. Sin embargo, ya que en este caso he dejado las paredes descubiertas, no es necesario. Podéis rellenarlo directamente.
Mientras se enfría el bizcocho, hacemos:
CREMA DE QUESO:
200 gr de mantequilla a temperatura ambiente
ralladura de limón y medio
280 gr de azúcar glas
500 gr de queso crema (tipo Philadelphia, importante que el porcentaje de materia grasa no sea mucho menor de 27.
Mezclamos el azúcar glas con la mantequilla hasta que la mezcla blanquee y doble su volumen. Batimos a velocidad medio-alta, con paciencia, puede tardar varios minutos.
Mientras, cremamos un poco el queso con una cuchara.
Una vez la mezcla de mantequilla está esponjosa, bajamos la velocidad y añadimos el queso a cucharadas para que se integre bien.
Dividimos la masa en dos partes y teñimos una de amarillo, y otra de rosa.
Metemos cada uno de los colores en mangas de 30 cm, sin llenarlas demasiado y aplastándolas ligeramente por los lados, de modo que quepan ambas dentro de una manga más grande, preparada con boquilla rizada,–yo usé una de 40 cm– para conseguir el efecto bicolor. Metemos la manga en la nevera hasta el momento de usarla, pues la crema lleva queso y se podría bajar.
EL MONTAJE Y ACABADO
Mermelada ácida de frambuesa
Frambuesas frescas (opcional)
La manga de crema que hemos preparado antes.
Los bizcochos
Glaseado de azúcar, preparado con azúcar glasé y la cantidad suficiente de leche, que mezclaremos hasta conseguir la consistencia deseada y luego teñiremos de rosa.
Si los bizcochos son de grosor desigual, los nivelamos con la lira.
Damos la vuelta al bizcocho. Disponemos una capa fina de mermelada de frambuesa ácida o, en su defecto, frambuesas frescas. La idea es que la mermelada no sea muy dulce, para que contraste con el dulzor de la crema.
Colocamos los bizcochos intercalándolos con crema bicolor, de la que escudillaremos pequeños "botonones" o "flores" con la ayuda de la manga.
Al colocar el bizcocho de arriba, presionamos un poco para que la crema salga ligeramente por los bordes.
Colocamos en la parte superior el bizcocho decorado con corazones.
Vertemos un poco de glaseado rosa en los bordes, con un ligero movimiento de zig-zag de la cuchara. La cantidad tiene que ser mínima, por el azúcar que lleva. Si lo preferís, podéis hacer un coulis de frambuesa para sustituirlo. En esta entrada tenéis la explicación sobre lo que es y cómo podéis prepararlo.
Rematamos con más flores de crema y frambuesas.
Detalles a tener en cuenta
Es importante que guardéis la crema de queso en la nevera hasta el momento de usarla.
Dejad enfriar bien los bizcochos antes de rellenarlos, pues se podría fundir la crema.
Os aconsejo terminarla poco antes de servirla, pues esta tarta se tiene que guardar en nevera y, al estar el bizcocho desnudo, se puede secar de más.
Variaciones
Podéis aromatizar el bizcocho y la crema con vainilla, naranja, pastas de fruta...
Podéis decorarla como más os guste o, por ejemplo, con unas tejas de chocolate (receta aquí), con un coulis (tenéis también la receta aquí), con frutas cortadas...
Conservación
El bizcocho se puede conservar en el congelador unas dos semanas. Congeladlo recién hecho, justo tras enfriar, y descongeladlo a temperatura ambiente el día en que queráis montar la tarta.
Ese mismo día, haced la crema de queso y montad la tarta.
La tarta aguanta dos días en nevera.
Sacadla una hora antes de comerla.
Muchísimas gracias por pasarte a ver la receta.
Un beso muy fuerte.