Esta tarta es tipo la quesada pasiega que hice ya hace mucho tiempo y que se hacía con cuajadas pero ésta va con quesitos de los de toda la vida, je, je.
Los ingredientes son de andar por casa y enseguida me puse manos a la obra pero como ahora por razones de infraestructura horneo en casa de mi madre me llevé allí todos los ingredientes y un molde, preparé la mezcla de ingredientes y no se me ocurrió otra cosa que usar un molde desmontable, como la mezcla es muy líquida se salía todo por la junta del molde, menos mal que lo tenía dentro de la bandeja del horno con papel y pude salvarla casi toda, entonces cogí el molde de silicona más a mano que tenía y al desmoldar oh! sorpresa quedó preciosa. Es un molde que tiene mi hermana y que hace un dibujo en el fondo así al desmoldarla queda a la vista como podéis ver en las fotos.
Bueno voy con los ingredientes:
3 quesitos.
2 huevos.
1 yogur de limón.
1 medida del vasito del yogur de harina.
1 y 1/2 medida de azúcar.
2 medidas de leche.
200 ml. de nata (crema de leche).
Canela.
Se precalienta el horno a 180 grados.
Se baten todos los ingredientes juntos, yo lo hice con una batidora de brazo, se vuelca la mezcla en un molde, ella usó uno redondo de cerámica de 24 cms., yo el de silicona, que no quede muy gruesa para que se cueza bien. Se espolvorea con canela y se mete al horno una hora.
Cuando se pinche el centro y salga la brocheta limpia se saca del horno y se deja enfriar.
Así de fácil! y está riquísima, resulta cremosa pero ligera y no demasiado dulce. En fin es perfecta para tomar en la sobremesa o en la merienda.
Espero que la probéis.
Bye.