Sumo años, cambio dígito y confío en que mi cuenta traiga al menos 40 más por delante.
Nunca me ha supuesto un problema decir mi edad. Cada dígito suma experiencias, lecciones, aprendizajes, vivencias, recuerdos... Me quedo con lo bueno, intento olvidar lo malo y aprendo de los reveses que da la vida.
2022 ha comenzado guerrero para mí, pero no podía dejar de celebrar mi cumpleaños con vosotros.
Y una vez más vuelvo a tirar del turrón de Jijona para la ocasión.
La semana pasada quedó más que patente que me conocéis. Y si sabéis de mi gusto por los muffins no es menos el amor que le profeso a las tartas de queso.
No sé decir que no a este maravilloso postre, da igual si lleva algún ingrediente añadido, con o sin base de galleta, al horno o sin él... ¡no me resisto! y aunque las hay mejores y peores a todas les encuentro algo bueno.
Bien es cierto también que mi debilidad son las tartas horneadas y desde que me lancé a preparar la receta del restaurante La Viña suelo prescindir de la base de galleta, tiro de batidora y en menos de una hora está recién horneada.
Lo confieso, esta receta ha supuesto un antes y un después en mi forma de preparar las tartas de queso.
Usar la batidora de brazo simplifica muchísimo preparar la mezcla, no se corta (un día os contaré mi odisea con la primera tarta de queso horneada que hice) no hace falta tirar de brazo con la varilla, no mete aire en la masa y la superficie queda impecable como podéis ver.
Cuando compartí la otra receta os dije que tenía una versión esperando en borradores. Que no es esta de hoy por cierto.
Porque esta tarta aún está (en parte) en el frigorífico.
La preparé el pasado fin de semana para celebrar mi cumpleaños.
Ya sabéis que 2022 ha comenzado intenso en casa. Y os puedo asegurar que no ha aflojado porque el lunes de esta semana que fue el primer día que Lara ha ido al colegio han comunicado el positivo de una compañera, así que rápidamente la saqué del centro para evitar el contacto con el resto de compañeros que no sabemos si pueden o no estar contagiados.
Seguramente sea absurdo. Tal y como están las cosas antes o después vamos a terminar cayendo. Pero preferiría que fuera después. Todo lo después posible.
Ya que la niña no había ido al colegio la primera semana no me apetecía estar con el alma en vilo por si algún otro compañero se había contagiado y la iba a contagiar a ella.
Así que con este panorama necesito dulce en mi vida. Y a poder ser del que más me gusta.
Y de ahí surge este postre.
Porque el turrón de Jijona en repostería me pierde. Y tenía varias tabletas en la despensa.
No es la primera vez que lo uso en una tarta de queso, que ¡oh casualidad! también publiqué para celebrar mi cumpleaños en el blog.
Igual la cantidad puede parecer mucha, pero os aseguro que tiene el toque justo de turrón, para que se note el sabor pero sin que sea excesivo.
Y para nada es empalagosa, ni pesada, y es muy cremosa por el centro. El borde es más firme , pero aún así bastante suave, para nada queda seco o duro.
¡No os hacéis una idea de lo tentadora que es!
Es el postre ideal para cualquier celebración, aunque tal y como está el panorama lo más sensato sería mantenerse en casa y evitar contactos sociales, eso no quita que no la podáis preparar o guardéis la receta para un momento mejor.
Aunque desde hace un tiempo mi lema es que el mejor momento es ahora y que no va a haber mejor ocasión para hacer o disfrutar eso que tanto me apetece.
Así que no es necesaria una ocasión especial para preparar esta tarta. En casa os la van a agradecer y aunque a la salida de las fiestas igual parece una idea kamikaze ¿qué sería de la vida sin estos pequeños excesos?
La elaboración es facilísima y muy rápida. En quince minutos la tendréis en el horno y vosotros a otra cosa.
Sí es necesario que estéis pendientes del tono dorado de la superficie. En torno al minuto 25-30 de horneado es posible que tengáis que abrir la puerta y rápidamente cubrir con papel de aluminio para que no se queme la superficie.
Sé que muchas veces os he contado que la puerta no se abre mientras se hornea una tarta de queso, pero si es abrir, con el papel en la mano, tapar y cerrar veréis cómo queda perfecta, sin niguna grieta, y no se quema por arriba.
¡Las fotos lo demuestran!
¿Que no os gusta el turrón? ¿que no os queda en casa? Pues la hacéis sin él y os queda la versión tradicional y original de este postre o bien tiráis de imaginación y le ponéis otro ingrediente ¡nada mejor que hacer volar la imaginación!
Espero de corazón que os animéis ¡os va a encantar! y que me lo contéis
Y por supuesto espero que me acompañéis con un trocito para festejar mis 40 Eneros ¿alguien se apunta?
Ingredientes:
* 900 gramos de queso de untar (no light)
* 500 gramos de nata (crema de leche) para montar
* 400 gramos de turrón de Jijona
* 150 gramos de caramelo líquido
* 6 huevos
* 2 cucharadas soperas de miel
* 1 cucharada sopera de harina
* 1 cucharadita de canela en polvo
Elaboración:
1. En un bol amplio ponemos todos los ingredientes. Es importante que estén a temperatura ambiente.
2. Con la batidora de mano trituramos hasta obtener una mezcla cremosa y sin grumos.
3. Mojamos un papel de hornear y lo secamos con un paño limpio.
4. Forramos con él el interior de un molde de unos 24-26 centímetros de diámetro.
5. Vertemos la mezcla de la tarta dentro.
6. Introducimos en el horno precalentado a 210º C y horneamos durante 45 minutos.
7. Apagamos el horno, dejamos con la puerta entreabierta una media hora, sacamos la tarta y dejamos enfriar sobre una rejilla.
8. Una vez fría tapamos con film transparente y la guardamos en el frigorífico. Mejor de un día para otro.
Es un postre que se prepara muy rápido y que os dejará muy buen sabor de boca.
Y ganas de repetir ¡advertidos estáis!
Gracias por seguir visitándome una semana más. Sois un amor.
Os debo muchas visitas, pero la AEAT, que somos todos, me tiene muy entretenida en Enero. Sé que sois comprensivos y que me lo perdonáis todo ¡me tenéis muy mimada y consentida! Poco a poco me veréis asomar la tecla por vuestros blogs ¡prometido!
Por cierto el pasado sábado se puso Lara su primera dosis de la vacuna contra el Covid. Soy muy pro vacunas y es cierto que con esta tuve mis dudas, pero en cuanto abrieron posibilidad de pedir cita en mi centro se la cogí. Ahora sé que ha sido una buena decisión. A la niña no le ha dado reacción alguna, ni un leve dolor en el brazo ¡es una campeona!
Toca esperar ocho semanas para la próxima y confío en poder ponerme la tercera yo mucho antes. ¡A ver si hay suerte!
Nos leemos el jueves próximo ¡sed felices y manteneos sanos!
Manos a la masa y ¡bon appétit!