La receta de hoy es una tarta de queso y calabaza sin azúcar, muy fácil de hacer, ¡y deliciosa!
Ahora sí que sí. No es otoño en mi casa hasta que me he hinchado a hacer cosas con boniato o calabaza. Y nada, que ya hacía tiempo que no preparaba ninguna tarta de queso, y se me ocurrió que podía mezclarla con calabaza. Todo un acierto, señores.
Se trata de una tarta de calabaza y queso philadelphia, o queso crema, vaya, que queda con la textura de cualquier tarta de queso. De hecho, si no decís nada, parece una tarta de queso normal. Riquísima vamos
Es rematadamente fácil de hacer. De hecho, os voy a ser sincera. Tenía previsto hacerla por la mañana, antes de ir a vacunarme (de la gripe, todo bien), pero me he quedado frita más tiempo del que debería y me he visto en un apuro, porque claro, quería grabar el vídeo – y tardo más en cocinar si tengo que grabar y estar con todos los trastos arriba y abajo, obviamente. Así que ya me veis corriendo, porque tenía que salir a tiempo sí o sí por la vacuna, y he conseguido meterla en el horno en un tiempo récord. Poco más de media hora he tardado, ¡no me lo creía ni yo! Y eso que tenía que grabar. Así que si contáis que la hacéis relajados pero sin tener que grabar, tardáis lo mismo, media horita o menos.
Para esta tarta he usado un molde desmontable de 20cm de diámetro (comprar en Amazon)
Eso sí, si queréis hacerla de manera express como yo, tenéis que hervir la calabaza también como yo, al microondas. Si la hervís en una olla con agua, pues tardaréis un poquito más.
Para hacer la calabaza he usado un estuche de vapor de Lekué (comprar en Amazon)
Muchas tartas de queso llevan una base, de galletas o de lo que sea, pero no he querido ponerle ninguna porque:
No le hace falta, se aguanta perfectamente sin ella.
Así le restamos un montón de hidratos.
Queda súper ligera y el toquecito de sabor que le da la calabaza es increíble, lo adoro, estoy IN LOVE con esta tarta, me cago en la leche. Aparte de que me encanta el olorcito que se queda en la casa cuando cocinas una tarta de queso, ver esa textura, ese doradito… me encanta, es que me encanta
Os prometo que es una tarta de queso y calabaza muy fácil de hacer, no tiene ningún misterio y seguro que os sale bien. Por cierto que si la preparáis decídmelo, no sé, pasadme una foto por Instagram o lo que sea, que me pongo contenta de ver que mis recetillas os sirven
Es súper otoñal, aunque es verdad que me la comería en cualquier momento del año.
¡Espero que os guste!
Vídeo: tarta de calabaza y queso crema sin azúcar
Información Nutricional
Cada ración de esta tarta de calabaza y queso sin azúcar contiene:
182,3 kcal
3,1gr HC
Ingredientes:
700gr queso crema light, 3 huevos L, 200ml leche evaporada, 2 cucharadas sucralosa o edulcorante al gusto, 250gr calabaza limpia, Canela, JengibreInstrucciones:
Pelamos y troceamos la calabaza en trozos pequeños. Cuanto más pequeños, menos tiempo tardarán en cocerse.Hervimos la calabaza de la manera que más nos guste. Yo la pongo en el estuche de vapor de lekué. Pongo 3 cucharadas de agua en la base, coloco la bandeja, y encima pongo la calabaza troceada. Cocino al vapor 4:30min al microondas. También lo podéis hacer en una olla con agua hirviendo, tardará un poquito más pero sale igual. Hervimos hasta que esté bien blandita.
Dejamos enfriar la calabaza un poco para no quemarnos, y trituramos con la batidora. Reservamos el puré para que se atempere en la nevera (esto es importante, no lo queremos caliente).
En un bol, batimos el queso crema y vamos añadiendo los huevos uno a uno. Añadimos la leche evaporada, la stevia y un poco de canela/jengibre, y seguimos batiendo.
Añadimos el puré de calabaza, y seguimos batiendo.
Forramos la base de un molde desmontable con papel sulfurizado (el papel de hornear de toda la vida) y engrasamos las paredes con un poquito de mantequilla light.
Vertemos la mezcla de nuestra tarta de calabaza y queso en el molde, y horneamos (con el horno previamente precalentado) durante unos 60-70min a 170º, sobre la rejilla, aproximadamente a 1/3 de la altura total del horno.
Cuando ya esté doradita, apagamos el horno, entreabrimos la puerta y la dejamos atemperarse ahí una media hora. Pasado este tiempo, la tarta habrá bajado un poquito. La guardamos en la nevera y dejamos cuajar 2 horas más, dentro del molde, así la textura estará perfecta.
Desmoldamos con cuidado, retiramos el papel de la base, ¡y listo!
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