Lamentablemente no tengo fotos de la tarta entera, porque en cuanto enfrió la probamos y estaba tan rica que la dividimos en porciones para repartir entre amigos y familiares, pero podéis ver cómo queda (me quedó muy parecida que la original) pinchando arriba en Trespometes. Que por cierto, no dudéis en visitar el blog y probar también la tarta de chocolate, ¡es increíble!
Yo hice alguna variación en los ingredientes, os los dejo aquí.
Ingredientes:
4 huevos enteros y 4 claras
250gr de queso fresco batido 0% materia grasa
200gr de queso cottage 2.2% materia grasa
150gr de queso de untar ligth
150gr de tofu (silken, sedoso o japonés)
125ml de leche desnatada
45gr de leche en polvo
45gr de Maizena
4 cucharadas soperas de edulcorante líquido
1/2 sobre de levadura química
Rayadura de limón
Opcional: una cucharada sopera de esencia de vainilla
Preparación:
La preparación es muy sencilla. Empezamos engrasado el molde (yo usé Bake Easy de Wilton, pero ya sabéis que también está ahí el método infalible del enharinado con mantequilla) y precalentando el horno a 180º. Ahora sólo queda poner todo en un bol y batir concienzudamente hasta que tengáis una masa líquida, fina y suave, sin grumos. La vertéis en el molde y al horno durante 50 minutos. Cuando hayáis llegado a este tiempo dejáis enfriar dentro, como en cualquier tarta de queso horneada, y cuando esté fría la sacáis y a la nevera. Al día siguiente la sacáis y desmoldáis, y si queréis podéis poner mermelada encima. Nosotros pusimos una baja en grasas y en azúcares de frambuesa, y qué queréis que os diga... ¡estaba deliciosa!