Nunca se me hubiera ocurrido hacer un tartar de algo que ya está cocido o curado... Puesto que ya no se llamaría tartar por no ser crudo. Más bien se convertiría en carne aliñada o marinada.
La verdad es que no tiene mucho sentido.
Pero puestos a ser quisquillosos, tampoco se le puede llamar carpaccio a las láminas finas de piña o mango de un postre, porque eso no es carne ni está cruda; ni tampoco podemos nombrar bombón a las bolas de queso de cabra cubiertas de fruto seco, porque eso no lleva chocolate... ¿No?
Pues nada, podéis ir pensando. Mientras probad este tartar de fuet que vi en la página de Semproniana de Ada Parellada, diferente y sorprendente, como un bocadillo de fuet en un mordisco.Ingredientes:
1 fuet de buenísima calidad
2 cdas de puré de tomate concentrado diluído en 1 cda de agua.
Un puñado de almendras, picadas y tostadas
Un puñado de albaricoques secos picados
1/2 cebolla pequeña
Orégano
Sal y pimienta
AOVE
Rúcula
Mostaza, aceite y galletas saladas
* No es lo mismo que el tomate frito, lo venden en Mercadona por ejemplo. Si no lo encontráis podéis sustituirlo por un par de cucharadas de pulpa de tomate rallado o triturado (dejarlo escurrir una vez triturado durante media hora para que pierda agua y usar esa pulpa).
Preparación:
Triturar el fuet y el tomate en un robot de cocina.
Añadir las almendras, los albaricoques y la cebolla picada pequeña. Corregir de sal y pimienta y añadir el orégano y aceite de oliva para que quede más suelto.
A parte mezclar la mostaza con aceite hasta obtener una textura líquida.
Servir el tartar con la salsa, las galletas y un bouquet de rúcula.
Veréis como algo tan sencillo resulta tan delicioso, cada bocado recuerda a un bocadillo de pan con tomate.
Llevo mucho tiempo sin publicar pero es que mi estilo de vida no me da para más, entre trabajo y estudio a penas paro por casa, pero se hace lo que se puede!!
Os sigo visitando cuando puedo, muchísimas gracias guap@s!!!