Antes de que acabe la temporada de fresas tenia que poner alguna receta que las incluya. Y me he dado cuenta que aún no había compartido esta tan clásica de tartitas de fresa. Con las cantidades que os pongo aqui, pueden hacerse 6 unidades en versión mini, que son como las que compramos en las pastelerias, o una sola tamaño tarta. Lo importante en una tarta de este tipo es que la masa sea firme y crujiente, que no quede reblandecida por el relleno, y ésta es perfecta. Además en esta receta os explico como hacer una crema pastelera muy fácil, rápida y que nunca hace grumos.Y por supuesto, si nos apetece, siempre podemos agregar otras frutas a esta tarta... pero eso sí, a mi me parece que en esta receta las fresas son imprescindibles... es que están tan buenas!!!!!
Ingredientes:
Para la masa
125 g de harina
50 g de maizena
50 g de azúcar
75 g de mantequilla
1 huevo
Para la crema pastelera
200 g de azúcar
60 g de maizena
3 huevos
500 ml de leche
1 cuchara pequeña de vainilla líquida o en pasta (y/o ralladura de limón y/o brandy)
Para cubrir:
300 g de fresas
1 sobre de cobertura para tartas de frutas (o en su defecto gelatina, agua y azúcar)
Preparación:
Comenzamos por hacer la masa, uniendo las dos harinas con el azúcar y la mantequilla fría para hacer un arenado, trabajándolo con las manos. Añadimos el huevo ligeramente batido y trabajamos hasta unir la masa. Dejamos descansar la masa en la nevera durante un mínimo de 30 minutos. Dividimos la masa en 6 partes iguales y las estiramos para forrar 6 pequeños moldes de tartitas. Una vez forrados los moldes, pinchamos la masa con un tenedor, cubrimos con papel para hornear y ponemos sobre éste algo que pese, como unos garbanzos secos, para evitar que al hornearla, la masa se hinche. Horneamos a 180ºC durante unos 15 minutos, retiramos los garbanzos y el papel y volvemos las tartitas al horno hasta que tengan un color ligeramente dorado. Desmoldamos con mucho cuidado para evitar que se rompan y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Por otra parte hacemos la crema pastelera uniendo el azúcar, la maizena y los huevos en una olla pequeña, que llevaremos al fuego al mismo tiempo que vertemos sobre ella la leche hirviendo y removemos energicamente. Continuaremos removiendo hasta que vuelva a romper el hervor (que no será mucho tiempo si ya ponemos la leche hirviendo) y espese la crema. Retiramos y perfumamos la crema con un poco de vainilla, aunque también podemos hacerlo con la ralladura de un limón, o con unas gotitas de brandy... o con las 3 cosas!!! Dejaremos enfriar la crema antes de cubrir las tartitas, y para ello es necesario poner un film transparente sobre la crema, tocándola, lo que evita que se forme una película (como la nata (crema de leche) que se forma sobre la leche caliente al enfriar).
Finalmente laminamos las fresas y cubrimos con ellas las tartitas. Aunque no es imprescindible, para que queden más bonitas y brillantes, lo ideal es acabar con una cobertura para tartas de frutas, de esas que se disuelven en agua con un poco de azúcar, calentamos y al enfriar espesan; pero si no las encontramos siempre podemos usar un poco de gelatina, disuelta en agua con azúcar, que usaremos para pincelar las fresas cuando esté casi solidificando.
Y que tengais una buena y dulce merienda!