En un blog en el que predomina la comida tradicional y de mercado parece que no pega demasiado este plato que nos suena y viene de oriente y que todos hemos probado en los restaurantes chinos o? ¿hay quién aún no se ha atrevido? Pues hay cosas más raras que, además, comemos todos los días y por otra parte estos restaurantes sirven algunas delicias como esta que merece la pena probar.
De verdad que esta ternera tiene un sabor muy muy parecido al que comemos de restaurante y lo haces en casa con ingredientes totalmente naturales porque un wok de ternera con verduras no deja de ser eso, una manera muy sana y muy apetitosa de cocinar estos ingredientes. ¿Y la salsa de ostras? Pues una delicia a probar y a reinventar por aquí porque está exquisita y le da ese toque único al plato. Es más fácil de encontrar de lo que a priori parece ya que en cada vez más ciudades se están abriendo supermercados chinos, sobre todo con la moda por lo japonés (que a mí me encanta, todo hay que decirlo).
En fin, que os aseguro que si superamos el miedo a hacer cosas raras en casa, que tampoco es tan extraño, ya veréis, éste se va a convertir en un plato que repetiréis en muchas ocasiones.
A todo esto, la receta que, evidentemente no ha pasado en mi casa de generación en generación, es un extracto de varias de la red con especial mención al blog Mercadocalabajío que es donde encontré la inspiración definitiva (que luego fui cambiando según nuestros gustos).
Bueno, quitando lo de la salsa de ostras, el resto de los ingredientes los encontramos en todos los supermercados. Necesitamos un wok y todos estos manjares.
Con la primera parte de la receta buscamos mejorar la consistencia de todos nuestros ingredientes y, a la vez, conseguir una glasa en las paredes del wok que ayudarán a obtener un sabor único.
Empezamos cortando la verdura, es decir, los pimientos, las zanahorias y las cebollas en bastoncitos y los sofreímos en un wok. Para respetar los tiempos yo corto primero las zanahorias, luego los pimientos y finalmente incorporo las cebollas conforme voy terminando de cortar.
Cuando su punto de cocción esté llegando al final, incorporamos los champiñones cortados en láminas y el bambú si lo hemos comprado en el super oriental.
La ternera la cortamos también en tiras finas y las ponemos a macerar con un buen chorro de salsa de soja. Esto y la salsa de ostras será toda la sal que añadiremos al plato. Hay que tener en cuenta que la carne se hace en esta salsa así que no es conveniente dejarla macerar más de 5 o 10 minutos.
Sacamos las verduras cuando estén en su punto y en mismo wok pasaremos la carne unos 10 minutos hasta que esté casi, ya que después van a cocer todos los ingredientes juntos.
Y aquí tenemos nuestra glasa.
¡Purito sabor!
Pues vamos a aprovecharlo, añadimos apenas unas gotas de aceite si lo necesitamos (de oliva, claro) y sofreímos unos ajos en láminas junto a una pizca de jenjibre. Antes de añadir nada más, echamos una cucharada de harina que nos ayudará a espesar. Removemos rápidamente y le añadimos dos o tres cucharadas de salsa de ostras (¡llegó!). Hay que tener cuidado porque es salada y junto a la soja de la carne nos puede arruinar el plato si nos pasamos y es verdad que tiene buen sabor si la probamos y la tentación de añadir más y más es grande, jeje.
Añadimos el caldo y dejamos hervir unos minutos para que espese. No pasa nada si echamos demasiado porque después puede evaporarse. Añadimos el resto de los ingredientes y dejamos hasta que la salsa reduzca. Es verdad que en los restaurantes yo no recuerdo este plato con mucha salsa, pero a mi me encanta y dejo siempre un poquito más de lo estipulado.
Pues lo dicho, sano y sabroso como cualquier plato de abuela. Y desde que lo hice aquí la primera vez recibo peticiones periódicamente :).