"Idgie: George. Creo que es época de hacer caldo
George: No sé señorita. Aún no hace frío
Idgie: Es época de caldo"
La nostalgia que acompaña a los domingos, me hace recordar todos aquellos melodramas e historias de amor en VHS que solía ver de pequeña con mi madre. Nos encantaban los pastelones, historias sencillas y muy humanas, con tendencia a lo cursi.
Pensando en todas aquellas fantásticas tardes que terminaron convirtiéndome en la voraz cinéfila que ahora soy, recordé la encantadora historia de Idgie y Ruth y su pequeño café de Whistle Stop. Imposible acordarse de ellas sin recordar también sus famosos tomates verdes fritos y de lo extraño que aquel plato sonaba para una persona que no sabía que el tomate pudiera comerse más que rojo y crudo. De hecho, hasta ahora no los había probado, y tampoco mi madre.
Y aunque los tomates verdes fritos son un plato propio del verano, ¿por qué no prepararlos un domingo frió y lluvioso de enero?. A mi no se me ocurre razón alguna. Al fin y al cabo, uno decide cuando es época de hacer caldo.Y para mi el domingo, era el día perfecto.
Pero una no puede comprar ingredientes un domingo, al menos en esta parte del mundo. Y por eso, he tenido que esperar hasta hoy para hacerlos. Me ha costado bastante encontrar tomates verdes como manzanas. De hecho, no los he encontrado. Cuando le pregunté a la frutera de mi pueblo si tenía tomates verdes, me miro como si fuera la persona más extraña que haya pisado jamás su tienda. ¿Te gustan verdes? me preguntó el hijo de la otra frutera que hay en mi pueblo. Es que voy a hacer tomates verdes fritos, le contesté. Y el, que parecía estar divirtiéndose conmigo, me dijo: "Ah mira, muy bien, muy bien. Perfecto" y dio otra calada al cigarro.
En cuanto a la polenta, no era para mi un ingrediente extraño. La he utilizado muchas veces para hacer pizza. Pero se me había acabado y la tuve que encargar en la herboristería de debajo de mi casa. Ha tardado 2 días en llegar, no mucho, pero suficiente para que mis tomates verdes, se hayan puesto un poquito más colorados.
Aún así, los tomates "medio verdes" fritos me han salido deliciosos. Realmente buenos. Mucho más de lo que me esperaba. La polenta ha creado una corteza dorada y muy crujiente, que al morderla estalla en la boca junto al tomate, que está tierno y caliente. Es verdaderamente un plato que se merece una película.
{RECETA DE TOMATES VERDES FRITOS}
INGREDIENTES
3 tomates verdes* duros de tamaño medio
Sal (al gusto)
1 taza de harina de trigo
Cayena molida (al gusto)
Pimienta negra molida (al gusto)
1 taza de Buttermilk* o leche normal
1 huevo grande
1/3 taza polenta amarilla*
1/2 taza de pan rallado
1/4 taza aceite de oliva o girasol.
Una cucharada de mantequilla (opcional)
PREPARACIÓN
Cortamos los tomates en rodajas de 1-1"5 cm y los sazonamos con sal y los dejamos reposar sobre papel absorbente. La sal hará que pierdan líquido.
Preparamos 3 recipientes para el rebozado. En el primero pondremos la harina, la cayena y la pimienta negra. En el segundo la leche y el huevo. Y en el tercero el pan rallado y la polenta.
Calentamos el aceite y la mantequilla. La mantequilla no es necesaria, pero dará a la corteza un sabor exquisito y un color particular.
Rebozamos los tomates primero en el bol de harina y cayena, después en el de leche y huevo, y finalmente en el de polenta y pan rallado.
Freímos los tomates en el aceite caliente hasta que adquieran un tono dorado y los depositamos de nuevo sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Servimos. Solos o con alioli, con salsa de mayonesa picante o con salsa remoulade cajún*. Es conveniente servirlos inmediatamente porque de lo contrario la humedad del tomate terminará por ablandar la corteza crujiente.
NOTAS
* No prescindas de la polenta realmente marcará la diferencia y hará que tus tomates sean tan crujientes como un barquillo.
*El tomate verde, no es un tipo especial de tomate, es sencillamente un tomate normal poco maduro.
*El Buttermilk o Suero de leche no es fácil de encontrar en supermercados pero elaborarlo en casa es muy sencillo. Necesitamos: 250 ml. de leche desnatada o semidesnatada y 1 cucharada de zumo de limón (15 ml.) Echamos el zumo de limón a la leche. Revolvemos y dejamos reposar durante 10 minutos a temperatura ambiente. Tendrá la apariencia de leche cortada o yogur muy líquido. Ésta es la textura que queremos obtener, la revolvemos otra vez y la utilizamos directamente, sin necesidad de colarlo. Para saber más ver: ¿Cómo se hace Buttermilk casero?
*Para elaborar la salsa remoulade cajún necesitamos: Zumo de ½ limón, 1 taza de mayonesa, un poco de cebolleta picada, un poco de apio verde picado, ajo picado, perejil picado, 1 cucharada de mostaza antigua, 2 cucharadas de ketchup, un chorrito de salsa Perrins, pimentón, pimienta y si la queremos picante, un poquito de tabasco. Lo batimos todo con una batidora de mano, y lo metemos en la nevera.
1. Los tomates verdes fritos quedan muy bien también en tempura.
FUENTES: Recetas americanas
Taste of Southern
Canal Cocina