Una buena amiga, también una gran cocinera y bloguera, me preguntó ayer: ¿Oye, tu que te llevarías para la playa?...mi primera reacción fue decirle: mi equipo de buceo, por lo menos las gafas, el tubo y las aletas; ella se refería a qué comida, que le dijese una receta, a lo que sin pensármelo casi, automáticamente, le dije una de las ensaladas más típicas de mi tierra, de mi querida Málaga.
Pero se me quedó su pregunta en mi mente y ésta nuevamente me hizo viajar a un pasado ya lejano no solo en el tiempo.
A partir del momento que pude acudir a la zona costera que yo deseara, me incliné por la costa oeste malagueña, la más lejana del centro por lo que hace poco más de 30 años, cada Domingo, único día libre que me dejaba mi profesión y podía ir a la playa acudía a Benalmádena, junto al Hotel Alay, a la playa Malapesquera, nombre que le vino por uno de los dos merenderos que allí existían.
Una época en que aún no existía Puerto Marina y la extensa playa Malapesquera unida a la Playa Santa Ana, eran pequeñas calitas separadas por espigones que se adentraban en la mar, dejando una mar tranquila y casi caribeña.
He de confesar que la pregunta de mi amiga me sorprendió y no le respondí toda la verdad: nunca llevo comida a la playa, nunca lo hice aunque es algo habitual en las costas malagueñas el encontrar familias que tras montar una verdadera “jaima” pasan el dia a la sombra disfrutando de todos los manjares que en bolsas y neveras portátiles puedan transportar, pareciendo a veces que se mudan más de un día a la playa, entre mesas, sillas, tumbonas, colchonetas y juguetes para los niños. Mis Domingos playeros los disfrutaba alquilando hamacas y sombrilla, espetos y tinto de verano de aperitivo y la habitual paella de marisco, que bordaban en el Malapesquera (Desde éstas lineas aprovecho para dar las gracias al personal que durante tantos años nos atendía con amabilidad, calidad y cariño, sobre todo Juan, quien hasta que se hizo cargo del merendero era quien se ocupaba de alquilar hamacas y los hidropedales).
Así hasta que mis hijos se hicieron mayores y hace poco más de diez años, alejándonos aún más, huyendo de la “masificación” y buscando fondos marinos y roqueo disfrutamos con lo menos pesado y que quepa en una pequeña mochila.
Pero hubo un día, un solo día que rompí mi costumbre dominguera animada por mis vecinos y amigos de la urbanización donde vivía, mi hijo tendría unos 8 añitos. Preparé nuestro “refrigerio playero”, mi famosa tortilla , filetes empanados y para mi hijo lo que más le gustaba tortellinis . Eso sí, yo en mi hamaca haciendo esquina para que nuestros amigos pudiesen colocar todo su “mobiliario” a nuestro lado y cerquita del merendero.
Por cierto, no sólo mi hijo disfrutó de tortellinis playeros, también todos sus amiguitos…fue todo un éxito; así que la próxima vez que me pregunten ¿Qué llevarías tu a la playa? No lo pensaré: Tortellinis como le gusta a mi hijo…….
Para hacerlos:
Ingredientes: Un paquete de tortellinis (en esta ocasión rellenos de pollo, la marca siempre Gallo), aceite de oliva (de Riogordo, malagueño por supuesto como debe ser en mi cocina), un pimiento verde, una zanahoria, media cebolla blanca, medio kilo de tomates maduros, cuatro o cinco champiñones, dos o tres dientes de ajo, medio vaso de vino blanco (uso un fino Montilla-Moriles), medio vaso de caldo de puchero, dos lascas de bacon, tres salchichas tipo Frankfurt, cien gramos de carne de ternera picada, orégano, albahaca, sal, azúcar y queso mozzarela rallado.
Para prepararlos:
Picar en trozos muy pequeños, el pimiento, la zanahoria, los ajos, los champiñones, la cebolla, el bacon y las salchichas.
Rallar los tomates colándolos de forma que no queden semillas ni piel y en una cacerola echar un chorreón de aceite de oliva y freírlo, agregar media cucharadita de azúcar y salar al gusto, removiendo asiduamente. (Se sabrá que está listo cuando con los “borbotones” que va dando mientras se fríe el tomate quede el aceite por encima del mismo)…
Mientras en una sartén echar un chorreón de aceite de oliva y pochar a fuego lento el tomate, la zanahoria, la cebolla, los champiñones, el ajo, la salchicha, el bacon y la carne picada.
Una vez que esté lista la fritura, añadir el vino y dejar reducir el alcohol y agregar el caldo del puchero. Llevar a ebullición y dejar reducir totalmente.
Añadir el tomate frito y remover bien.
Echar el orégano y la albahaca picadita (puede ser seca, de las que venden en cualquier super)
Mientras cocer los tortellinis siguiendo las instrucciones del fabricante; una vez cocidos, escurrir bien y echarlos en la sartén junto con el refrito, removiendo bien a fin de que se mezcle todo el conjunto de ingredientes.
Al emplatar, aún caliente, echar el queso por encima…dejando que se derrita…..
A la fiambrera (que no táper…) y a la playa (aconsejo tengan a mano tenedores de plástico)
¡¡ Por si al caso, no olviden la clásica tortilla de patatas, los filetes empanados, los pimientos fritos y los tomates para hacer la consiguiente ensalada con atún !!
Pero si pueden, no hay nada mejor que un espetito de sardinas y una paellita de mariscos en un merendero malagueño.
¡¡ Disfruten de Málaga y de sus playas !!