El otro día tenia ganas de hacer una autentica tortilla de patatas, en una sartén de esas nuevas de cerámica, que aun no había estrenado y últimamente todo lo que hago son sucedáneos de tortilla al horno o al microondas… pero esta visto que no tengo remedio…
Como podéis ver en la fotografía, me quedó un poco quemadita… (por los dos lados, parecida, para que quede equilibrado), pero lo importante es que como tengo calabazas, pues en lugar de hacerla de patatas, hice la tortilla de calabaza, además tenía calabaza cocida en la nevera, menos trabajo…
Ingredientes (4 personas):
1 rodaja de calabaza cocida (equivalente de dos patatas medianas)
1 cebolla
1 pimiento italiano
Aceite
Sal
Preparación:
Comenzamos pelando y cortando la cebolla en juliana.
Abrimos el pimiento, desechamos sus semillas y lo troceamos en juliana, como la cebolla.
Colocamos un chorrito de aceite en una sartén y freímos la cebolla y el pimiento, sin olvidar salarlos para que suden con más facilidad, hasta que ambos estén tiernos.
Troceamos la calabaza, si no la teníamos troceada y la agregamos a la sartén para que se mezclen los sabores.
Mientras, batimos los cuatro huevos en un recipiente, los salamos y volcamos el contenido de nuestra sartén, una vez se hallan enfriado un poco (cebolla, pimiento y calabaza).
Mezclamos lo frito con el huevo y lo volcamos en la sartén.
Aunque dicen que con esas sartenes no es necesario poner aceite, yo le puse un generoso chorro de aceite de oliva, me gusta su sabor.
Se espera que se caliente, a fuego medio.
Se vuelca la mezcla y se cuida removiéndola que vaya cuajando por igual.
Con ayuda de una tapadera se le van dando vueltas hasta que quede a nuestro gusto.
Servir y comer calentita, aunque si sobra, fría también esta rica, pero especialmente ahora, con el frio, mejor calentita.
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