Así que para asegurar el éxito del regalo del día de la madre, he preparado unas trufas que me van a aguantar muy bien en el congelador hasta el próximo domingo.
Son muy fáciles de hacer aunque tienen sus tempos, con lo cual hay que reservar una mañana o una tarde e ir haciéndolas a ratitos. Con el paso a paso entenderás por qué.
Ingredientes
200 g de chocolate negro
175 ml de nata (crema de leche) para montar
2 cucharadas de cacao puro en polvo
Preparación
- Trocear el chocolate finamente
El chocolate debe quedarte así
- Poner el chocolate en un bol
- Calentar la nata (crema de leche) y cuando esté a punto de hervir verterla sobre el chocolate cuidando que quede todo cubierto.
- Deja reposar 1 minuto y luego remueve con una cuchara de madera para que el chocolate se funda completamente.
Te quedará así de brillante
- Tras dejar reposar 10 minutos , batir durante 10 minutos más con una batidora eléctrica
Verás que al espesar pierde brillo
- Esperar una hora.
- Pasada esa hora la mezcla estará preparada para hacer bolitas ayudándote con 2 cucharitas.
- Cubre una bandeja con papel de horno, ten en cuenta que tiene que caber en el frigorífico, y ve depositando las bolitas en ella. Déjalas 20 minutos en la nevera.
- Recupera las trufas del frigorífico y dales forma redonda, mejor con las manos frías ;)
- Rebózalas en el cacao en polvo previamente tamizado.
Listas !
Espero que lleguen al domingo porque después de comer, no hay quien se resista a acompañar el cafetito con una trufa o... dos!
Si te gusta el chocolate, te aviso, son un vicio.
Hasta el próximo post que no tratará de comida porque empezamos ya la operación biquini ;) y vamos tarde!