Sexta semana de encierro. A mediodía, a la hora en que voy a comprar, no queda nada de verdura y fruta. Me gusta ir a esa hora porque hay menos gente y no tengo que hacer cola en la calle. El inconveniente es que no encuentro muchas cosas, pero me compensa. Entiendo que hay personas que utilizan cualquier excusa para salir a la calle, pero yo soy del otro grupo, de los que salen cuando no hay más remedio. Me resultan muy desagradables la mascarilla y los guantes, me agobian y me dan mucho calor, así que cuanto menos rato esté con toda esta parafernalia, mejor que mejor.
La globalización tenía cosas muy buenas pero ha quedado demostrado que tiene otras malas por no decir pésimas. Que exportemos fruta a Europa y acabemos consumiendo de Marruecos, por ejemplo, no me parece ya aceptable. Comprar productos locales habrá quien lo llame solidaridad, que también, pero principalmente es sentido común, empecemos por ayudarnos entre los más cercanos y lo demás ya se verá, en todos los sentidos.
Supongo que en todas las Comunidades Autónomas se estará haciendo algo parecido, aquí yo estoy comprando la fruta y la verdura en las cooperativas del campo mallorquín, más barato y más cómodo porque me lo traen a casa. Por si alguien de aquí no conoce esta iniciativa dejo el enlace Servicio a domicilio en Mallorca, que me parece lo más útil que se ha podido hacer en esta crisis.
La cosa es que me trajeron dos cajas de 10 kg. cada una, una de fruta y otra de verdura. No se puede escoger, te traen producto de temporada y a mi ya me va bien, un poco de todo de lo más fresco.
La caja tenía berenjenas, pimientos, patatas y más cosas, pero justamente los ingredientes para hacer un tumbet mallorquín, un plato de verduras fritas maravilloso que es más de verano, pero que a mi me gusta todo el año. Se suele acompañar de carne, generalmente lomo, o pescado. También me encanta con huevos fritos, y también solo. Es un plato muy sencillo, como digo a base de verduras fritas que se colocan en capas en una fuente de barro tradicional, terminada con una buena salsa de tomate casera. Es un plato sencillo pero hay una gran diferencia entre usar una salsa de tomate comercial, sobre todo si no es demasiado buena, un mal aceite para freír, no escurrir las verduras según se van friendo... en fin, que no es lo mismo un tumbet nadando en aceite que uno con su punto justo, dónde va a parar.
Ingredientes (2 personas):
- 1 taza grande de salsa de tomate casera (a ser posible)
- 2 patatas grandes
- 2 berenjenas
- 2 pimientos rojos
- 5 o 6 dientes de ajo
- 3 o 4 hojas de laurel
- sal
- aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
1. Pelar, lavar, secar bien y cortar las patatas en rodajas como de medio centímetro de grosor. Sazonar con sal y poner a freír en una sartén grande con abundante aceite de oliva. En principio dejarlas a fuego medio para que se vayan confitando y terminar subiendo el fuego para que se doren.
2. Importantísimo dejar las patatas fritas en un plato con papel de cocina para que escurran el exceso de aceite.
3. Colocarlas en la fuente o cazuela de barro.
4. Lavar las berenjenas y quitarles los extremos. Cortar las berenjenas con su piel en rodajas, ponerles sal y dejarlas por lo menos 15 minutos en un colador para eliminar el amargor (no hay fotos de ese paso). Después lavarlas, secarlas y volver a sazonarlas.
5. Freír en la misma sartén de las patatas hasta que estén tiernas. Se pueden enharinar previamente pero yo no lo suelo hacer.
6. Sacarlas de la sartén y dejarlas escurrir en un plato con papel de cocina.
7. Colocarlas en la fuente o cazuela de barro encima de las patatas fritas.
8. Lavar, secar y trocear los pimientos rojos.
9. En el mismo aceite de las berenjenas ponerlos a freir a fuego medio con los dientes de ajo enteros y sin pelar. Yo lo hago así para que suelten todo el sabor y poder quitarlos luego.
10. A media fritura, cuando se vea que empiezan a ablandar, añadir la salsa de tomate y unas hojas de laurel. Dejar a fuego medio-bajo hasta que los pimientos estén totalmente hechos.
Esta es la última capa que irá encima de las patatas y las berenjenas. Con esto ya tenemos el tumbet terminado y listo para comer, aunque es un plato que se puede consumir más tarde templado y como dije al principio sólo o como acompañamiento.
Nota: como cualquier plato tradicional, cada casa lo hace a su manera. Originalmente sólo llevaba estos ingredientes pero mucha gente le añade otra capa de calabacín. En cuanto a la salsa de tomate yo utilicé la que había hecho el día anterior, pero también se suele hacer con tomates frescos y ajo, que yo suelo ponerlo junto a los pimientos. Otra costumbre es poner la salsa de tomate entre capa y capa de verdura. Y por último hay gente que termina el tumbet en el horno. En la variedad está el gusto, como suelen decir, pero todas están riquísimas.
Un abrazo a todos los que me leéis. Mi más sentido pésame a las familias de los fallecidos y ánimo a todos los que están pasando la enfermedad. Ojalá pase pronto todo esto.
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