Tradicional e históricamente, el té se consume como una infusión caliente para días fríos o bebida refrescante para días cálidos.
Sin embargo, no es éste su exclusivo uso, también es utilizado para la medicina natural, la industria cosmética y, lo que muchos no saben, es un excelente complemento en muchos platos dulces o salados
Desde tiempos inmemoriales, el té ha sido utilizado por ser elemento fundamental de la medicina natural, mayormente en las civilizaciones orientales.
En infusiones frías o calientes, endulzadas o no, su consumo se inició en China en el año 250 a.C, según señala la tienda de tés online Aromasdete.
Su uso se ha expandido por todo el planeta, no sólo por su agradable sabor, sino por los innumerables beneficios para la salud del ser humano, entre éstos cuentan sus propiedades diuréticas y antioxidantes, así como su poder para la pérdida de peso.
Diversas investigaciones han señalado que el té ayuda a combatir el cáncer y otras enfermedades crónicas, además retrasa el envejecimiento de las células.
También se utiliza para el tratamiento de las quemaduras y el acné, entre otros muchos usos en materia de salud.
También algunos tipos de té se utilizan en el área de la cosmética, forman parte de los ingredientes de muchos productos de belleza.
Por otra parte, muchas personas desconocen que el té también puede ser un gran aliado en la cocina, tanto para preparaciones dulces o saladas.
Diferentes tipos de té
Definir la cantidad de variedades de té es una tarea un tanto difícil. Existen muchas diferentes, cuyos orígenes corresponden a diferentes regiones del mundo, de hecho, según la altura de cada zona, los tés tienen distintas composiciones, por lo que resulta complicado hacer una clasificación precisa.
Sin embargo, cabe destacar que todos los tipos de té se obtienen de la misma planta la Camelia Sinensis, originaria de China e India.
La diferencia de cada una radica en el grado de oxidación en su elaboración, así como el momento en el que se recoge la planta, si es tarde o temprano. Los tipos más claros son los más jóvenes y los más oscuros, los antiguos.
En tal sentido, los tipos de tés principales son el blanco, el verde, el rojo, el negro y el oolong (azul), de esas familias proceden las distintas variedades.
Mucho más que una infusión
Nada mejor que tomar un té caliente para relajarse en un día frío, o una bebida refrescante en días de extenuante calor, pero ése no es su único uso. ¿Sabías que las plantas de té, además, se usan como ingredientes en recetas de platos y postres?El té en la cocina es tan útil, así como son de esenciales las hierbas aromáticas. Se puede usar para complementar zumos de frutas y caldos de verduras. Combinándolo con leche o nata (crema de leche) sirve en la creación de bases para elaborar cremas dulces, helados y algunas salsas saladas como la bechamel.
Un consejo importante es tener en cuenta que el uso del té debe ser el adecuado, porque si se añade de manera exagerada, ganará protagonismo en sabor y no es lo que se quiere.
La función de los diversos tipos de té, no es sólo aportar un toque de sabor y aroma para complementar el alimento principal de un plato, también se utiliza para rehidratar o cocer dentro de sus infusiones, hortalizas y frutas, para preparaciones saladas o dulces.
Sus funciones según cada tipo
Las diversas variedades de té se adecúan con cada tipo de receta. Por ejemplo, el té blanco, con su sabor delicado, es ideal para perfumar varias verduras para complementar diferentes platos, incluso ensaladas, y así darles aroma y sabor especiales.Los tés rojo y verde tienen un sabor más fuerte, sobre todo del tipo frutal, apropiados para salteados de verduras, guisos y asados de pollo, pescado o pavo.
Estos tipos también se utilizan en repostería para aligerar chocolate, darle el toque fuerte (similar al licor) a los bizcochos o para mejorar el sabor de compotas y mermeladas.
Por su sabor más contundente, el té negro es utilizado en platos más fuertes como guisos de res, cerdo o ternera y sopas.
En el caso de los postres se incorpora a cremas o helados de chocolate negro, así como confituras de frutas como manzanas, peras, entre otras, mayormente de invierno.
Se recomienda que el té, al usarse como una infusión en recetas, debe colarse para que no altere la consistencia que se busca en la preparación.