Madre mía que cantidad de fotos de recetas que tengo desperdigadas y a las que aún no le he preparado su entrada correspondiente, además algunas son de cosecha propia y como soy un autentico desastre ni siquiera recuerdo donde tengo las tengo anotadas, al final tendré que ir grabando las recetas al tiempo que las hago y así no perderé nada.
Por suerte esta receta es de un libro que tengo hace muchos años y de que he preparado ya otras muchas, por cierto que aún tengo alguna pendiente de subir, en cuanto tenga un hueco las voy preparando.
Esta es una receta muy sencilla, solo hay que preparar con un poco de antelación la salsa y luego solo dejar macerar, se puede hacer tanto con muslos de pollo como con pechuga tal y como os presento hoy.
Para esta receta necesitamos:
2 pechugas de pollo en trozos cuadrados
Sal, pimienta
Un poco de aceite
2/3 de vaso de salsa de soja
6 cucharadas de azúcar
1/3 de vaso de vino blanco o sake
Sésamo
Salpimentar el pollo. En un cazo pondremos la soja, el azúcar y el vino blanco, lo ponemos al fuego y lo dejamos cocer a fuego medio unos 10 minutos, dejamos enfriar, una vez que tengamos la salsa fría pondremos los trozos de pollo a macerar, lo mejor es hacerlo de un día para otro.
Escurrimos los trozos de pollo y los ensartamos en palitos para brochetas, que no sean muy grandes.
Ponemos una plancha o sartén al fuego con un poco de aceite y doramos por todos los lados las brochetas, cuando ya estén casi hechas le ponemos un poco de sésamo por encima.
El resto de salsa la volvemos a poner al fuego y la cocemos otros 5 minutos más para que reduzca, servimos las brochetas con un poco de salsa aparte.
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