Producir cerveza artesanal es un fenómeno que se ha posicionado últimamente entre muchos grupos de amigos o aficionados de la cerveza. Cada vez más podemos observar el surgimiento de nuevas marcas de cerveza o de la presencia en bares y restaurantes de la cerveza artesanal ya sea tirada o en su formato envasado.
A la hora de emprender el camino de la producción artesanal de cerveza debemos informarnos acerca de qué elementos básicos se necesitan para poder llevar a cabo el proceso de elaboración de cerveza. La falta de uno de estos o su incorrecta utilización puede llevarnos al fracaso del proceso de producción. De más está decir que además de conseguir los elementos necesitamos una receta con todos los pasos detallados y el consejo en lo posible de algún maestro cervecero.
Diez elementos básicos para elaborar tu propia cerveza artesanal:
Ingredientes del tipo de cerveza que elegimos producir y cantidades:
Antes de siquiera pensar en los elementos para la preparación debemos definir qué tipo de cerveza artesanal vamos a cocinar. No es lo mismo preparar una cerveza tipo Ale que una Lager o una Stout.
Una vez que elegimos el tipo de cerveza artesanal debemos pensar en qué cantidad de cerveza queremos producir. En sitios como BevyBar se pueden conseguir kits de preparación para distintas cantidades.
Además del tipo de cerveza la cantidad a producir es lo primero que debemos definir, no es lo mismo comprar ingredientes para 20 litros que para 100.
Levadura:
Cuando definimos el tipo de cerveza que vamos a cocinar, dentro de los ingredientes que compramos no puede faltar la levadura. Junto con la malta, el lúpulo y el agua, la levadura es de los ingredientes centrales que necesitamos para cocinar nuestra cerveza.
Agua:
Si bien no es un elemento que vayamos a comprar, el agua es uno de los elementos más importantes en la elaboración de cerveza. Si contamos con un suministro de agua con niveles de cloro y minerales adecuados, vamos a tener como resultado una cerveza pura.
En este caso es recomendable utilizar agua directamente desde el grifo para evitar sabores extraños como el que puede darnos la utilización de una manguera de goma para llenar las ollas.
Molino para moler la malta:
Si realizamos una receta a todo grano vamos a necesitar de un molino para moler la malta. Ya sea prestado o comprado a medida que vayamos produciendo cerveza vamos a ir aumentando las cantidades por lo que recomendamos comprar un molino y aprovechar para ahorrar dinero en la compra de bolsas grandes de malta que nos servirán para varios procesos de cocción.
Un macerador:
En el caso del macerador recomendamos comprar una olla eléctrica con termostato y grifo. Estas ollas suelen ser de 20, 30 hasta 50 litros para hervir el agua.
La otra opción para esta parte del preparado es la termo nevera con filtros y grifo incorporado. Aunque es más barata que la olla eléctrica con termostato si utilizamos una termo nevera vamos a tener más dificultad para controlar la temperatura.
Olla eléctrica o con quemador a gas:
Si no podemos contar con una termo nevera o una olla eléctrica, la tercera opción para esta parte del proceso de preparado es la olla con quemador a gas. Estas son las típicas ollas de 50 litros con agujereado por arriba y cuentan también con un grifo.
Bolsa para los granos:
La bolsa para los granos es necesaria para almacenar el grano durante el proceso de maceración. Estas bolsas de plástico con rejillas muy resistentes permiten almacenar hasta 10kg de malta. Es recomendable igualmente no poner más de 8kg para evitar cualquier tipo de problemas con el grano.
Si no conseguimos bolsas de plástico tenemos otra opción un tanto más cara que es la de mandar a fabricar una rejilla de acero inoxidable para colocar en el fondo de la olla y que actúe de esta manera como filtro.
Olla de cocción:
Para la olla de cocción tenemos dos opciones. La primera es utilizar la misma olla que utilizamos en los pasos anteriores o comprar una olla extra de acero inoxidable y utilizarla con un quemador a gas.
Si conseguimos la olla eléctrica y la utilizamos para la cocción debemos mantener el termostato en una temperatura de 100 grados.
Enfriador:
En el caso de los enfriadores hay varias opciones para enfriar el mosto desde los 100º hasta los 20º que necesitamos para la levadura. Es válido recordarles que cuanto más rápido realicemos el proceso de enfriado, vamos a tener más chances de evitar contaminaciones.
Una de las opciones para el enfriador pueden ser los tubos de acero inoxidable o cobre en serpentín que al sumergirlos en el mosto hacen correr agua fría del por el grifo.
Otro de las opciones de enfriamiento es el sistema contra corriente, que implica introducir un tubo dentro de otro para hacer correr el agua fría.
Un refractómetro:
Este aparato nos servirá para poder tomar una muestra del mosto y ver qué densidad estamos teniendo sin tener que enfriar el mismo y medir luego la densidad de maceración. La ventaja que nos da el refractómetro es que no tenemos que enfriar el mosto entero sino una pequeña parte del mismo.
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