Durante el periodo de Al-Andalus, con la conquista árabe, muchos vocablos de su lengua entran a formar parte de nuestro idioma palabras tan arraigadas que difícilmente se podría concebir sin ellas el español, al igual que la aportación árabe a nuestra cocina que es extraordinariamente rica.
Una de ellas es la palabra albóndiga, procedente del árabe al-bunduga, significa “la bola”, cuyo guiso lo introdujeron en nuestras cocinas en dicha época.
En Málaga, y está reconocida en nuestros diccionarios, también se les denomina “almóndigas”, aunque ésta forma de llamarlas se considera incorrecta, vulgar o de personas muy antiguas.
Las recetas más habituales de albóndigas son las preparadas con carne de ternera, aunque en “Mi cocina” las pueden encontrar de pollo, de cerdo, de pescado y de mariscos.
En ésta ocasión les propongo de cordero, y con un “toque” de canela, rememorando ésos sabores de la cultura gastronómica árabe.
Esta receta, he de decir que la conseguí en una de ésas revistas que todas las amantes de la cocina solemos guardar y conservar a través de los años, más que revistas, eran verdaderos libros, con tiradas y grosores especiales, que hace más de 20 años nos deleitaban con fantásticas recetas y preciosas fotografías.
No obstante, si no les seduce el cordero, pueden realizarlas con cerdo o pollo, les resultará igual de sabrosas.
¿Cómo las hago?
En un bol poner la carne picada de cordero.
Picar finamente uno o dos dientes de ajo, cebolla dulce y perejil y agregarlo al bol.
Añadir una o dos rebanadas de pan, un chorreón de leche, una cucharada de canela en polvo, una cucharadita de nuez moscada, uno o dos huevos y sal al gusto.
Mezclar bien todo el conjunto y formar las albóndigas.
Pasarlas por harina.
En una sartén con aceite de oliva virgen freir las albóndigas y reservarlas.
Pasar el aceite a una cacerolita y en el mismo freir dos dientes de ajo y cebolla cortadas en trozos pequeños, con cuidado de que no se quemen.
Agregar una cucharada de harina y tostarla junto con la cebolla un minuto; echar una cucharadita de café de canela molida.
Añadir un vaso de vino blanco y un vaso de agua, llevar a ebullición y añadir las albóndigas.
Dejar cocer a fuego lento durante unos quince o veinte minutos.
Retirar las albóndigas y pasar la salsa por la minipimer.
Colocar nuevamente las albóndigas dentro de la salsa.
¡¡ Buen provecho !!