16 alitas de pollo (sin la parte del muslito)
300 g de harina
2 cucharaditas de pimentón dulce
2 cucharaditas de curry
2 cucharaditas de tomillo
2 cucharaditas de orégano
2 cucharaditas de pimienta
250 ml de aceite de oliva virgen
1 vasito de leche
1 vasito de agua
Sal
PREPARACIÓN DE LAS ALITAS KENTUCKY
Les ponemos sal a las alitas y reservamos.
En un bol echamos la harina y todas las especias. Lo mezclamos muy bien y lo dividimos en dos boles (mitad y mitad). Cogemos uno de ellos, añadimos la leche y medio vaso de agua, y lo vamos amasando mientras le echamos más agua según lo va necesitando hasta que se forme una especie de papilla en la que introduciremos las alitas al menos 3 horas antes de freírlas. Lo reservamos en el frigorífico.
En el momento de freír, ponemos el aceite bien caliente en una sartén y las vamos friendo por tandas de cuatro o cinco (hay que procurar que se hagan bien por dentro), siempre jugando con el fuego que subiremos o bajaremos en cada momento de la fritura para que no se nos quemen por fuera y se hagan bien por dentro. La clave es que queden crujientitas, eso sí, antes de servir hay que ponerlas en un papel de cocina para quitarles el exceso de aceite.
Nosotras las hemos acompañado de Salsa de Queso Azul que a nuestro parecer es la mejor para disfrutar de las Alitas de Pollo Kentucky en todo su esplendor. Esta salsa tiene un sabor espectacular, tanto que llena tu boca de una sensación alucinante, totalmente recomendable.
Salsa de Queso Azul
50 g de nata (crema de leche)
125 g de yogur
3 cucharadas de mayonesa
2 dientes de ajo
1 cebolleta
125 g de queso azul
Sal
Pimienta
La preparación es muy fácil, tan solo hay que echarlo todo en la batidora y batirlo muy bien. La reservaremos en el frigorífico. ¡Buen provecho!